Óscar Rodríguez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.-  La única solución de la migración es que mejore la situación económica en México y que se logren acuerdos binacionales entre el país y las naciones de Centroamérica para reconocer la existencia del indocumentado y su paso por nuestro territorio, señaló el sacerdote Flor María Rigoni, quien dirige un albergue para migrantes en Tapachula, Chiapas, y es reconocido a nivel internacional por su lucha en pro de los derechos humanos.

El clérigo afirmó que pese a que en el discurso mediático la violencia ha sido erradicada, en la realidad miles de migrantes que pasan por México sufren en carne propia la “guerra no declarada”, heredada por el expresidente Felipe Calderón.

“Mi larga experiencia en zonas de guerra y en la mafia italiana, no porque la violencia no sea visible no existe, esto es otro punto que quiero dejar muy claro, puedes vivir en un ambiente de violencia sin que nadie hable, sin que la veas,  pero te acompaña, te juzga, te persigue, te hace llegar a decisiones”, señaló.

Apuntó que un error en  el trato que se le da al tema migratorio en el país radica es buscar separar al indocumentado del contexto social del que vive nuestro país, pues el migrante se enfrenta a la misma situación de inseguridad, pobreza y marginación que vive cualquier mexicano.

“Yo no puedo exigirle para el migrante un trato distinto al del mexicano, además quiere quedarse invisible, quiere escaparse del control de la autoridad  y consecuentemente a su protección, porque no tiene otra salida”, estableció.

Habló también  de las dos reformas migratorias que se intentan incluir en  la agenda política de los Estado Unidos, la cual dijo busca primordialmente identificar a los indocumentados.