La muerte no lee sola
El Poder de la Pluma.
La muerte que nos ronda sigilosa por estos días es, sin lugar a dudas, uno de los temas universales de la literatura; sin embargo, estuvo velada por mucho tiempo en el campo de la literatura infantil y juvenil (LIJ) como tópico principal.
Afortunadamente ésta ha evolucionado mucho para hacernos entender a los adultos que a los niños y jóvenes los finales dulces y felices ya no les encajan del todo cuando miran y comprenden la realidad que les rodea.
Les compartiré algunos títulos de libros que merecen mucho la pena ser leídos a los niños aunque no son exclusivos para ellos; leer sobre la muerte siempre es un paso difícil, tan difícil como aceptar que existe.
“Se armó la fiesta de muertos”, de Armando Vega-Gil con ilustraciones de Carolina Kerlow, es un libro álbum que a través de versos habla de las tradiciones y costumbres mexicanas de estas fechas, donde el lector participa al interpretar las imágenes que acompañan el final de los versos.
“Soy la muerte”, de Elisabeth Helland Larsen y Marine Schneider (Ilustradora), es un bello cuento ilustrado donde la muerte personificada por una joven mujer nos hace comprender de una forma poética que la vida y ella siempre van de la mano: “Si me tienes miedo, o se lo tienes a la vida, puedo susurrarte una cosa al oído…¡Amor! El amor puede transformar la pena y el odio. El amor puede visitarte todos los días. El amor no muere, aunque se encuentre conmigo”.
“Para siempre”, de Camino García Calleja y Marco Recuero (Ilustrador), es un cuento donde la muerte es presentada como algo inherente a la vida porque a veces las personas se van sin retorno, “pero nunca se van del todo, porque aquello que nos han dado es nuestro para siempre”.
No pueden dejar de leer “El pato y la muerte”, de Wolf Erlbruch, un libro para “mecerse entre las plumas de la muerte”, conmovedor y trascendental, porque el mejor planteamiento que puede darse para concebirla es verla como el suave empuje para continuar un viaje.
Y para quienes aún nos duele la partida de los abuelos están “Llora corazón, pero no te rompas”, de Glenn Ringtved, donde la muerte cansada y vieja visita la casa de unos astutos niños que descubren que aun invitándola a un café irremediablemente deberá cumplir su cometido. Y “¿Dónde está el abuelo?”, de Mar Cortina, para entender que se los lleva el viento, pero permanecen a diario en nuestros recuerdos.
La muerte como protagonista ha entrado a los terrenos de los libros para niños y jóvenes para no leer sola, para que en compañía estos libros sean leídos por padres, maestros, adultos que cobijen con palabras el alma de nuestros lectores más jóvenes.