Multiplican en Progreso el milagro del Tepeyac

Desde hace varios años una mujer y su familia ofrecen comida y refrescos gratis a jóvenes antorchistas, en agradecimiento por un favor celestial.

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Rubí Bacab con Celia Cortes Herrera, quien la apoya en la tarea de dar de comer a los antorchistas. (SIPSE)
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Manuel Pool/SIPSE
PROGRESO, Yuc.- Para agradecerle a la Virgen de Guadalupe que su hijo se haya repuesto de un grave problema de salud, la señora Rubí Bacab Yam decidió desde hace cinco años ofrecer cada año alimento gratuito a los antorchistas que llegan al puerto.

Para esta tarea apenas finalizan los festejos del 12 de diciembre, junto con su familia comienza a reunir poco a poco los recursos que se necesitan.

“Gracias a Dios salimos adelante, a pesar de que este año las cosas en el aspecto económico no fueron tan buenas, pero hacemos equipo con mis hermanas y sus esposos que colaboran con mucha voluntad para seguir ayudando a tantos jóvenes que por cumplir su promesa pasan hambre, frío y necesidades lejos de casa y, en la mayoría de los casos, sin dinero”, explica.

Instalados a las puertas de la Iglesia de la Purísima Concepción y San José, Rubí recuerda que todo inició cuando ella corría en uno de estos grupos y al pasar por los pueblitos se encontraban con gente que les proveía de agua, o pan, lo cual le hizo darse cuenta que en el puerto no existía nadie que hiciera esta misma labor.

Durante la entrevista, Rubí estuvo acompañada por su hermana menor Jenny y por la señora Celia Cortes Herrera, quien desde el lunes y hasta el mediodía de ayer se sumaron a la actividad de preparar tacos y servir refrescos a decenas de jóvenes antorchistas.

Celia Cortés afirma que tiene que agradecerle a la Morenita del Tepeyac un 'montón' de favores.

Uno de ellos y quizá el más importante es que una de sus sobrinas presentó un problema respiratorio derivado de la presencia de neumococos, por lo que con mucha fe pidió la intercesión  de la Virgen para solucionar el problema y la niña logró vencer la enfermedad.

“Gracias a Dios ella está con nosotros, pero mi marido es pescador y su trabajo es peligroso, por lo que siempre que sale a trabajar se lo encomendamos”, explica la entrevistada, quien convencida afirma: “Nosotros mismos lo único hacemos es devolverle a Dios y a la Virgen tan solo un poco de lo mucho que nos ha dado”.

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