Capillas de la Catedral, recintos con riqueza cultural y religiosa (galería)

El Bautisterio, el Sagrario y el Cristo de las Ampollas son antiguas iglesias que a simple vista parecen ser anexos de Catedral.

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Una de las capillas anexas a la Catedral se encuentra situada sobre la calle 61 entre 58 y 6O. (Fotos: José Acosta/Milenio Novedades)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Sobre la calle 61 entre 58 y 60, o la cara norte de la Catedral de Mérida, existen tres antiguas capillas que a simple vista parecen ser anexos de este importante inmueble católico; sin embargo, son espacios diferentes, ahí están el Bautisterio, el Sagrario y el Cristo de las Ampollas.

De acuerdo con datos de diversos investigadores, la Catedral tenía hasta el año 1915 cinco capillas, éstas tres y dos más ubicadas en la parte sur, San José y del Rosario, las cuales fueron demolidas por orden del general Salvador Alvarado para crear el actual Pasaje de la Revolución.

El Bautisterio es una pequeña capilla ubicada en el costado norte de la Catedral, al fondo del mismo hay una pieza pequeña que se construyó y servía como oficina, ahí se colocó la escalera de caracol para el coro del Sagrario.

En el caso del Sagrario, que antes fue la capilla de Santa Ana, ésta tiene en su arquitectura una bóveda de cañón, interrumpida por arcos que dividen el espacio en tres partes, en el central hay una pequeña cúpula de media naranja con linternilla, los muros y la bóveda están pintados al óleo; fue ampliada en 1904 por el Arzobispo Tritschler, quien le agregó una pequeña pieza al fondo destinada a la sacristía que da al fondo, donde está el altar mayor.

La Capilla del Cristo de la Ampollas comenzó a construirse, según los registros, en 1676 cuando era Obispo de Yucatán Luis de Cifuentes y Sotomayor; donó los fondos para los trabajos  don Lucas Rodríguez Villamil y Vargas, quien instituyó también una capellanía y una lámpara imperecedera en acción de gracias por haberse curado de una mortal enfermedad. La construcción la concluyó el Obispo Juan de Escalante y Turcios de Mendoza.   

Estos edificios ahora se distinguen del cuerpo principal de la Catedral, porque desde su rescate de fechadas hace varios años, fueron pintados de colores claros, que contrastan con el color natural de la piedra de la Catedral.

En los últimos años la Catedral ha recibido algunas acciones de mejora y rehabilitación, incluyendo una nueva reja que rodea el atrio, la cual se suponía era de buen material, pero que en pocos meses terminó por romperse en varios tramos. Desde el martes pasado un grupo de trabajadores comenzó a retirar la estructura metálica, sólo dejó los postes, pues en un estos días se colocará el nuevo enverjado, las actuales autoridades municipales están viendo la reposición de las rejas.

El Cristo de las ampollas

El historiador don Felipe Pérez Alcalá señala en su libro que en el primer tercio del siglo XVII el Clero secular arrebató a los franciscanos algunas parroquias importantes, entre ellas la de Ichmul en Peto, donde en 1602 el obispo Juan Izquierdo nombró a Don Juan de la Huerta primer párroco secular quien encontró hostilidad del pueblo indio acostumbrado a los frailes.

Según el relato este sacerdote explotó la credibilidad de los feligreses y con el apoyo de un escultor desconocido, aprovechando el tronco de un árbol de difícil combustión el Iaax Ek, hizo aparecer en 24 horas un Cristo crucificado. A la imagen, al paso de los años se le atribuyeron diversos milagros.

Un día la iglesia se quemó y sólo se salvó esta imagen que a causa del fuego resultó con algunas “ampollas”, esto lo hizo más venerado, estuvo en diversas parroquias hasta que llegó a la Catedral de Mérida.

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