Agencias
MÉRIDA, Yuc.- Con el empleo del baile o el cine, del memorama o la lotería, y otras actividades lúdicas en las que el trabajo en parejas o grupal es fundamental para lograr el objetivo, niñas, niños y adolescentes meridanos aprenden a luchar contra el acoso escolar.

Los menores además de reconocer las características del acoso escolar, conocido como bullying, fortalecen también sus valores para acrecentar su asertividad y la confianza en sí mismos, informa Notimex.

Estas actividades les permiten identificar y denunciar violencia en su contra o de alguno de sus compañeros.

Durante la Feria de la Red Antibullyng, la coordinadora del área de Psicología del DIF municipal, Nelia Vázquez Olarte, destacó que estas actividades se inscriben en un programa que conjunta esfuerzos de diversas direcciones municipales que trabajan en contra del acoso escolar.

¿Violencia o acoso?

Destacó que una de las primeras acciones a desarrollar entre la población infantil es lograr que los menores identifiquen cuándo se configura un caso esporádico de violencia y cuándo es acoso escolar, tareas en las que también se incluyen a padres y maestros.

Nuestras acciones, explicó, son de tipo preventivas. Nos enfocamos a que vean las ventajas de la convivencia sana y cómo se debe de dar ésta entre pares.

Un ejemplo, explicó, es el “Juego Limpio”, que consiste en comerse una dona que ha sido colgada, pero los niños lo harán con los ojos vendados y las manos atrás. Aunque parece algo sencillo y común, en realidad les enseñamos a tener paciencia, controlar sus miedos y a ser tolerantes con aquel que acaba de primero.

Otro de los juegos lo llamamos el “Torneo de la Amistad”, donde los niños, en pareja, deben cruzar determinados obstáculos, y al final obtendrán una frase para compartirla con la obtenida por las otras parejas del equipo, agregó la funcionaria.

En el último año, explicó, hemos visitado un total de 41 escuelas y llevado estas actividades a más de siete mil menores de colegios de preescolar, primaria y secundaria, por lo general a invitación del director o directora escolar, quien ve algún hecho de violencia esporádica y de inmediato lo relaciona con el acoso escolar.

La verdad, dijo, es muy difícil que podamos detectar casos de bullying, pero cuando estos se han dado, tanto el acosado como el acosador se dan cuenta que es una conducta agresiva, y tiende a denunciar cualquier hecho inadecuado.