Nuevos trastornos alimenticios amenazan a la población

Desórdenes poco conocidos relacionados con la alimentación han empezado a afectar a los yucatecos.

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Expertos aseguran que hacer ejercicio en exceso puede ser peligroso. (Milenio Novedades)
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José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Poco a poco nuevos desórdenes relacionados con la alimentación han empezado a afectar a los yucatecos, advierten especialistas en nutrición y salud mental, quienes precisan que tienen características específicas diferentes a los “clásicos”, como la obesidad, la anorexia nerviosa y la bulimia.

Así, palabras extrañas como permarexia, diabulimia, potomanía, drunkorexia (ebriorexia), sadorexia y seudorexia son los nombres de algunos de los nuevos trastornos de conducta alimentaria que afectan ya a los yucatecos, muchos de los cuales arriesgan su vida procurando, paradójicamente, la salud plena y la perfección estética.

Adrián Novelo del Valle, especialista del centro de Psiquiatría Integral, ubicado en Altabrisa, explicó que estos trastornos pueden esconder problemas más profundos: inseguridad, falta de autoestima, miedo al fracaso, alteraciones en la autoimagen, impulsividad, mal manejo de ansiedad y trastornos afectivos como depresión, entre otros.

“Estos desequilibrios afectan principalmente a mujeres y a hombres jóvenes, ya que desean tener un cuerpo perfecto, así como una alimentación única al día. Para superar estos trastornos es necesario abordarlos con atención médica y psicoterapia combinada y con la asesoría de un especialista en nutrición”, señaló el psiquiatra especializado en atención de niños y adolescentes.

Novelo del Valle señaló que estas conductas, que cada vez son más frecuentes, tienen un origen claro: el culto a la salud corporal buscando “la salud total”, acompañado por estereotipos que conducen, a quienes lo padecen, a modificar o a modular sus hábitos alimenticios.

Inseguridad, falta de autoestima, miedo y depresión se esconden detrás de los transtornos alimenticios

“El problema con estos desórdenes es que son subdiagnosticados y poco reconocidos, es decir, para el individuo pasan inadvertidos. No todos tienen episodios diarios, y como no son identificados socialmente, cuando llegan a la consulta pueden encontrarse ya en una fase complicada”, advirtió.

Agregó que estos nuevos trastornos de la alimentación conllevan un desequilibrio psicológico que, aunque no se consideran alteraciones importantes, en algunos casos es necesario atenderlos para que no deriven en riesgos graves para la salud, al ser consecuencia, mezcla o efecto colateral de la anorexia o la bulimia.

“En nuestro medio es cada vez más elevado el número de mujeres que sufre alguno de estos trastornos, e incluso lo arrastran toda su vida. Las enfermedades relacionadas con los hábitos de la alimentación pueden tratarse de forma exitosa, pero es fundamental el diagnóstico precoz, la terapia combinada y el trabajo personal del paciente”, aseveró el médico.

El especialista hizo un llamado a los padres para que entablen una adecuada comunicación con sus hijos y estar alertas para que, en caso de notarlos deprimidos, irritables, con cambios en su conducta (incluyendo los hábitos alimenticios), hacer demasiado ejercicio, comer de forma desordenada, excesiva preocupación por el incremento de peso, o sentimientos de culpa importantes por comer, intervenir y buscar atención con un especialista, ya que podrían estar padeciendo un trastorno alimenticio.

“Lo ideal es tratar estos problemas de forma interdisciplinaria, es decir, un endocrino trabajando junto a un psicólogo, un psiquiatra y un nutriólogo”, explicó.

Consideró importante que los jóvenes sepan que una buena alimentación acompañada de ejercicio aumenta su calidad de vida, ya que si comen bien, su cuerpo se sentirá bien, por lo que no deben dejarse influir por los estándares de belleza.

Recordó que cada persona tiene un cuerpo diferente y no es necesario ser en extremo delgado para lucir bien y tampoco está bien sobrepasar el peso ideal.

Emergente

Por distintas razones, los trastornos alimentarios son enfermedades emergentes que han despertado en los últimos años un enorme interés en medios sociales y de salud.

Se trata de padecimientos psicosomáticos que figuran entre los problemas de salud crónicos más frecuentes en los adolescentes, y cuya letalidad es la más alta de las detectadas por trastornos psiquiátricos.

“Los trastornos alimentarios son alteraciones de las conductas relacionadas con la ingesta, consecuencia de los dramáticos esfuerzos por controlar el peso y la silueta. Los tipos más comunes de trastorno de alimentación, que aparecen tanto en adolescentes como en adultos, son la anorexia nerviosa y bulimia nerviosa”, explicó Marivette Medina Enríquez, nutrióloga adscrita a la Dirección de Nutrición y Enfermedades Crónicas de los Servicios de Salud de Yucatán (SSY).

Agregó que en los últimos años, el número de personas que muestran diferentes formas de “trastornos de la conducta alimentaria altamente sensibles” se ha incrementado. 

Más consultas
  • Cada vez son más las consultas a psicoterapeuta y nutriólogos por trastornos relacionados con la alimentación que afectan a los jóvenes.
  • Los trastornos alimenticios por lo común se presentan a temprana edad, entre los 14 y 18 años, y se dan en todas las clases sociales.
  • En la población universitaria, entre el 20 y el 30 por ciento de las mujeres presenta algún tipo de  trastorno relacionado con bulimia y anorexia por su obsesión sobre su imagen corporal, sin tener todos los síntomas.

Dan signos 'para estar en alerta'

Por otro lado, además de la ortorexia (obsesión por la comida sana y de calidad) y de la vigorexia (obsesión por el ejercicio para incrementar la musculatura con ayuda de dietas restrictivas y con suplementos protéicos y anabolizantes) algunos de los nuevos trastornos de la alimentación son: drunkorexia, permarexia, seudorexia, bulimarexia, potomanía, diabulimina y sadorexia.

Según el manual “Controversias sobre los trastornos alimentarios” publicado por el Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona, España, la permarexia es un trastorno de la alimentación donde la persona piensa que todo lo que come engorda, y eso le lleva a probar diferentes dietas, muchas de ellas poco saludables.

Por ello, indica, padres y familiares deberán estar alertas ante los siguientes signos: si la persona se ha hecho más de tres dietas al año para bajar de peso; cuenta las calorías constantemente o mira las etiquetas nutricionales de forma obsesiva; consume de forma constante suplementos multivitamínicos, diuréticos o alimentos dietéticos, como “productos milagro”.

Este trastorno es típicamente femenino y se presenta ante la presión de los cánones de belleza dominados por la figura esbelta.

Otro desorden es la drunkorexia, nueva tendencia que se da principalmente entre las adolescentes, al restringir su ingesta de alimentos para compensar el consumo de calorías que les proporcionan las bebidas alcohólicas cuando se van “de fiesta”.

La sadorexia, también conocida como “dieta del dolor”, se entiende como una combinación de la anorexia, bulimia y ortorexia (obsesión por la comida sana), combinado con el maltrato físico autoinfringido, para no estar atentos a que tienen hambre o apetito.

Las consecuencias en el cuerpo de la sadorexia son graves y en muchos casos si no se trata termina con la muerte. 

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