Apostadores, entre la zozobra y seguridad militar

Los empleados de casinos informaban a los clientes que todo funcionaba normal, “sólo era un operativo de auditoría del SAT”.

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La fuerte vigilancia en los casinos sorprendió a algunos usuarios. (Milenio Novedades)
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Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Enviados desde las oficinas centrales en la Ciudad de México, los auditores del SAT, antes de llegar al Casino Life de Mérida, hicieron tiempo en las calles y luego en el estacionamiento de la propia plaza comercial y esperaron hasta las 11:35 horas para empezar la minuciosa revisión, se trataba de un operativo fiscal.

Con la custodia de elementos de la Armada, que en grupos de cinco, seis o más marinos, según el tipo de inmueble a vigilar, el personal del Servicio de Administración Tributaria y la Administración General de Aduanas que forma parte del SAT, verificaron diversos documentos junto con los contadores y representantes legales de cada casino.

El procedimiento se hizo en forma detallada e involucró a todo el personal administrativo de las casas de apuestas que iban y venían con papeles, carpetas y empaques de mensajería con más documentos.

Para los apostadores, la presencia de elementos armados a la puerta de los casinos generó inquietud de que los establecimientos estuvieran cerrados, pero al verificar que todo funcionaba “como de costumbre”, entraban y salían de acuerdo con sus tiempos disponibles de juego.

La presencia de autos de los cientos de jugadores que desde temprana hora llegaron para probar suerte mitigó la inquietud que se generaba al ver a los elementos armados, además que los trabajadores de los casinos informaban que todo funcionaba normal, “sólo era un operativo de auditoría por parte del SAT”.

La explicación convenció a muchos, ya que los elementos del Sistema de Administración Tributaria y de la AGA, aunque estaban concentrados en algunos espacios, sin afectar las áreas de juego y pasaban casi desapercibidos mientras realizaban su trabajo, cuando se movilizaban para cotejar información, destacaban por sus chalecos y gorras con logos del SAT.

Conforme los minutos pasaron, en el interior de los casinos la situación se normalizó, ya que la tarea de entender y resolver las solicitudes de la auditoría estaba en manos de los contadores y representantes legales de las empresas.

Poco a poco la presencia del Ejército a las afueras de los casinos y plazas fue haciéndose algo “común”, mientras la afluencia de usuarios aumentaba. 

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