Ni la mala imagen que arrastran a nivel nacional, ni las recientes y dolorosas derrotas electorales que sufrieron a nivel local el año pasado, han hecho entender al Tricolor que requieren cambiar de paradigma si pretenden ser competitivos en el 2018 y se empeñan en mantener sus “usos y costumbres”, aprobando como borregos las instrucciones que dictan desde sus dirigencias nacionales y locales.

Este fin de semana el PRI celebró su VIII Sesión Extraordinaria del Consejo Político Estatal, donde por enésima ocasión aprobaron como método para la elección de sus candidatos a diputaciones federales y senadurías la criticada “convención de delegados”.

Y es que la convención de delegados es el método más antidemocrático que existe y por ende, siempre ha sido el favorito del autoritario Tricolor para dar “legitimidad” a los candidatos designados por dedazo. Así de simple.

Al avalar una vez más la convención de delegados, los 309 integrantes del Consejo Político Estatal de ese partido están aprobando la continuidad de las mismas malas prácticas de siempre, esas que permitieron a Roberto Borge hacer del PRI estatal una extensión de sus caprichos, lo que terminó por hundir al partido en un abismo del que se ve muy difícil que salga en el corto plazo.

Tras la caída de 2016, lo sensato era una renovación estructural completa, desde la dirigencia estatal hasta las municipales, y un cambio de rumbo inmediato para intentar diferenciarse del pasado inmediato.

En cambio, se mantuvo en el timón al consumado borgista Raymundo King de la Rosa, a pesar de que sus resultados como negociador y operador de las últimas elecciones fueron terribles, y se opta por seguir el mismo caminito de siempre: el dedazo, la imposición y la impostura.

Los priistas decidieron tomar el rumbo conocido, y por lo tanto no pueden esperar resultados diferentes en 2018, donde quedarán nuevamente por debajo del Frente Amplio comandado por el PAN-PRD, del Verde y de Morena.

Brilla Cozumel en Conferencia Anual de Cruceristas

La mayor de las islas quintanarroenses, Cozumel, va en camino a imponer un récord en recepción de hoteles flotantes en 2017 y convertirse en el destino de cruceros número uno a nivel mundial.

En la Conferencia Anual de Cruceristas, que se celebra en el puerto de Progreso, Yucatán, la titular de Turismo, Marisol Vanegas Pérez, destacó las cifras que colocan a México como el país líder en recepción de cruceros a nivel internacional, en gran parte gracias al aporte de esta joya quintanarroense.

En este año la isla de las golondrinas recibirá en total 3 millones 607 mil 885 turistas de cruceros, cifra que representa más de la mitad del total de cruceristas que arribaron a México, que fue de 6.4 millones.