Un buen amigo me contó que una vez, frente al hartazgo de sentarse en una mesa rodeado de personas concentradas en sus smartphones e ignorándose mutuamente, les envió a todos el  siguiente mensaje: Les recomiendo una excelente aplicación gratuita para estos momentos, se llama respeto.

Esta anécdota describe las relaciones con quienes nos rodean, el internet nos acerca al mundo y nos aleja de los próximos, claro, si así lo decidimos. 

El #Respeto  es gratis, inalámbrico, no discrimina, es ideal para ampliar las redes de contacto, enriquecer las relaciones, conocer diferentes formas de pensar y hasta alimentar el espíritu. ¡Explotémoslo! 

Los nativos digitales ven con naturalidad la escena de grupos  de personas sin hablarse por atender su celular, pero es recomendable recordarles que la madre de estos dispositivos electrónicos fue el deseo de comunicarse y es preciso volver al origen sin dejar lo práctico de la actualidad.

En medio de la apabullante cantidad de mensajes, destacan los discursos de odio,  derivados de la falta de esta aplicación, este valioso filtro llamado respeto. Una respuesta al problema es la iniciativa #SinTags o #SinEtiquetas que fomenta la tolerancia, merece un vistazo. 

Les invito a aprovechar las tecnologías para practicarlo y difundirlo,  es compatible con todos.