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El Sistema de Ahorro para el Retiro, vigente desde el 1 de julio de 1997, de cotizar al IMSS, y del 1 de abril de 2007, de cotizar el Issste, se ha enfrentado a múltiples y recurrentes minusvalías que pegan fuerte a los trabajadores, pues su dinero es convertido en acciones, al pasar de la afore a la siefore, y en acciones permanecerá mientras el trabajador no haga retiros de su cuenta individual.

Se retira dinero de la cuenta individual, cada mes, cuando la afore vende acciones para cobrar la comisión que le corresponde por la administración de la cuenta individual; también, cuando el trabajador cambia de siefore al cumplir 37, 46 ó 59 años de edad, o cuando así lo decide.

Igualmente, se venden acciones cuando el trabajador pide la ayuda para gastos de matrimonio o hace un retiro por desempleo o al pensionarse.

Cada cuatro meses los trabajadores reciben de la afore un estado de cuenta, el cual refleja a cuánto equivale el valor de las acciones que ha acumulado en el tiempo, pero entre un cuatrimestre y otro puede presentarse más de una minusvalía.

Lo grave del caso es que, en opinión de alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), en la reciente reunión en la isla de Bali, se están gestando las condiciones para que, a corto o mediano plazo, se presente nueva crisis económica, similar a la de 2008, comparada solamente con la ocurrida en la década de los años 30.

La crisis de 2008 pegó fuertemente en el ahorro para el retiro de los trabajadores; pero hubo otras no tan severas, en 2013 y 2015.

Sin embargo, el ahorro para el retiro de los trabajadores siempre ha estado y seguirá estando expuesto a sufrir minusvalías, mientras continúe convertido en acciones.

Bien dicen que cuando el río suena “es por que agua trae”, y lo expresado por el FMI, en Bali, es un mal augurio para el ahorro de los trabajadores, pues ni la Consar, ni las afores, ni los agentes promotores de afore, ni nadie informa a aquéllos de posibles o próximas crisis y qué hacer para proteger su dinero.

En relación con los recursos de Retiro, Cesantía en Edad Avanzada y Vejez, poco se puede hacer, pero las aportaciones voluntarias, no deducibles, efectuadas por los trabajadores a su cuenta individual, sí pueden protegerse, colocándolas en instrumentos que, lejos de perder valor en épocas de crisis, bien pueden revalorizarse a un ritmo y nivel mayor.

Existen instrumentos financieros que pueden brindar mayor seguridad y protección en épocas de incertidumbre y preservar el dinero de los efectos adversos de una crisis económica, como la que augura el FMI.

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