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Un sabor amargo y decepción fueron el único resultado que dejó el ya muy cuestionado “Foro de Consulta Estatal Participativa en Yucatán: Educación para el Bienestar”, ya que los reclamos de los verdaderos maestros que trabajan en el aula y los investigadores de diferentes instituciones formadoras de docentes son que el evento se convirtió más en un mitin político donde los sindicatos mostraron su fuerza y ocuparon los espacios centrales cercanos a la tribuna.

La estrategia política quedó demostrada cuando, desde las dos de la tarde, varios grupos de profesores ya hacían cola para ingresar al inmueble, pero los maestros de las escuelas con sus propuestas en la mano llegaron más tarde como se les había convocado y entonces fueron trepados a las gradas.

Para algunos despistados, el evento fue un rotundo éxito por la importancia de quienes lo presidieron y participaron, sin embargo, quienes conocen verdaderamente el problema de la educación se lamentan y señalan que todo fue una gran simulación, todo estuvo calculado, fue un acto de demagogia; lo que ahí se expuso en nada ayudará a elevar la calidad educativa del país.

El foro le quedó a deber a los maestros y a la sociedad que una vez más se mostró ajena a este espacio donde su participación debiera ser relevante si en verdad tiene el interés de transformar la educación.

La abrogación de la punitiva reforma educativa fue el tema central; sin embargo, muy pocos presentaron nuevas propuestas pedagógicas; se perdieron entre particularidades de carácter administrativo y laboral, simplemente se salieron del tema central para el que fue convocada la reunión: mejorar la educación del país.

Reclamar mejor sueldo y más plazas no cabía en la agenda, estuvieron fuera del contexto, de la intención, para eso están los pliegos petitorios y las mesas de negociación entre patrón y trabajadores, cada uno en su tiempo. Lástima, el magisterio yucateco se perdió una gran oportunidad de replantear los problemas del aula.

Los maestros debieron opinar, si les dieron una semana para analizar el actual modelo educativo entonces por qué ahora su participación fue muy recortada, en unas horas no se construye ni se concluye.

El trabajo debió realizarse en las escuelas, en los consejos técnicos, no en una merienda donde las patadas bajo la mesa entre sus participantes fueron el ingrediente común. ¡Qué difícil es romper paradigmas!

 

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