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Rodrigo Us May/SIPSE

Mérida, Yuc.- Desafortunadamente, hoy día la estafa financiera se ha incrementado en nuestra sociedad; frecuentemente nos enteramos de diversas modalidades en las cuales personas, empresas, bancos y gobiernos son víctimas de esta práctica. En este artículo abordaremos la estafa financiera y su relación con la avaricia. De igual manera me enfocaré al sector más vulnerable, que es la ciudadanía.

Existe una estafa cuando una persona emplea engaños y ofrecimientos imposibles de manera premeditada y con la finalidad de obtener ventaja o beneficios de otra, provocando que el afectado realice actos voluntarios en menoscabo de su patrimonio.

Actualmente, la “industria de la estafa financiera” ha despuntado de manera dramática y son sorprendentes las técnicas creativas e innovadoras empleadas por sus ejecutantes, que van desde ridículas hasta complejas.

Indudablemente nuestro país sería de primer mundo si los estafadores emplearan su talento y creatividad en la generación de acciones positivas para nuestra nación; pero, contrario a ello, todos los días demuestran una reducida calidad humana y que empatía y otros valores son atributos que no se construyeron para ellos.

De acuerdo con datos obtenidos del personal de la Condusef, en Yucatán se ha registrado en los últimos años un incremento relacionado con esta actividad y la mayor frecuencia de ocurrencia se presenta con instrumentos financieros.

Existen otros tipos de estafa, los cuales no se relacionan con lo anterior y que no son reportados o denunciados por falta de documentos probatorios, lo cual indudablemente opera en favor de los estafadores. Cito algunos ejemplos: truco del canje de cheque dejando prendas o dinero a cambio, venta de perfumes como originales sin serlo, cobro de cuotas en solicitudes de créditos que nunca se otorgarán, mutualistas, tandas, estructuras piramidales, venta de plazas laborales, préstamos jamás devueltos, venta de terrenos, automóviles o propiedades. Lo más llamativo es que la estafa, en muchas ocasiones, no respeta grado de estudios, cargo, condición social, género ni edad. Todos podemos ser un blanco de esta deleznable actividad; aunque indudablemente las personas con menor grado de preparación escolar representan el campo más fértil para los estafadores.

¿Qué es lo que provoca que una persona sea estafada? Existen teorías que responsabilizan a un sector del cerebro, falta de cultura financiera, deseo de obtener beneficios con esfuerzo mínimo, desempleo y crisis, etc.

Los estafadores tienen la certeza de que el ser humano posee una característica llamada AVARICIA, la cual, estimulándola estratégicamente, provoca que las posibilidades de éxito se maximicen (Continuará).

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