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Los pelícanos son menos vistos en la playa, pero en los mangles se concentran como nunca antes, consecuencia de la cada vez menor población de peces pequeños en el mar; los pescadores ribereños acuden a los mangles a pescar con redes, aunque está prohibido: en la noches ponen las redes y en la madrugada las recogen para evitar que sean observados agravando aún más la falta de alimento para las aves. Saben que no hay vigilancia en los manglares.

Otro aspecto del mismo problema es la evidente merma en la captura de mero y otros peces de escama, derivada de disponer de menos comida para su alimentación y reproducción, ya que los manglares les proveen de alimento pero al ser capturados peces y camarones pequeños se rompen estos ciclos biológicos; por esto se ha recurrido a la captura de pepino de mar y a la delincuencia. Hoy se habla de crear una policía costera para evitar estas prácticas.

Por otro lado, las enfermedades gastrointestinales en Yucatán se han incrementado en los últimos años, según las estadísticas, sobre todo en los niños del interior del Estado. Se les ha asociado al calor y falta de higiene, no a la calidad del agua consumida, aunque hay estudios de sostienen que el 70% del manto freático de Yucatán está contaminado en mayor o menor medida; Mérida es la única capital del sureste que no tiene drenaje.

Hasta aquí ya hay varios problemas; es decir, hay menos pelícanos porque hay menos peces pequeños, lo que hace que exista menos pesca de mero, lo cual aumenta la delincuencia y pesca furtiva en mangles y de pepino de mar.

¿Pero qué tiene que ver esto con enfermedades gastrointestinales? Una analogía podríamos expresarla: el gusto yucateco por el cerdo, cada vez que comemos cochinita hacemos que haya más enfermedades del estómago en niños, debido a granjas que no tienen sistemas adecuados de tratamiento de aguas residuales; por consiguiente: más contaminación y menos pelícanos, menos pesca ribereña y evidente aumento de la delincuencia costera y presión sobre los mangles.

Esto se debe a que las granjas de cerdos utilizan mucha agua y este recurso hídrico en ciertos casos lo vierten a pozos sin el tratamiento debido y contaminan el manto freático, y este vital líquido es consumido en los poblados por personas que no disponen de agua entubada; también llega a los mangles con insecticida que mata a los peces que allá se reproducen y ocasiona que menos lleguen al mar y se reduzca la pesca ribereña provocando el incremento de la pesca furtiva de pepino de mar y en mangles, y finalmente que se ejerza más presión sobre pelícanos y otras aves.

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