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A diferencia de los gobiernos con perfil técnico, donde lo importante resulta ser atraer la inversión extranjera, bajo el supuesto de que generará un círculo virtuoso de empleos y desarrollo que dará como resultado final la aprobación social, el gobierno que tomará posesión el 1 de diciembre pone más énfasis en lo político, es decir, en la interacción directa con la gente para conocer sus demandas, a fin de satisfacerlas en la medida de lo posible.

Así, hemos observado que el presidente electo ha estado incorporando directamente a su equipo de trabajo a diferentes personalidades con oficio político, con el evidente objetivo de restaurar el tejido social. Me refiero en este caso a Javier Guerrero García, a quien Andrés Manuel López Obrador ha puesto al frente de la Unidad de Gobierno de la Segob, de acuerdo con las indicaciones que le dio a Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, y a Zoé Robledo, que será subsecretario de Gobierno.

Javier Guerrero, a quien conozco personalmente, se ha destacado desde el inicio de su exitosa carrera en el trabajo de base, entrando en contacto con las y los ciudadanos de las comunidades rurales y los barrios marginados, a fin llevar sus demandas a las instancias de gobierno: municipales, gubernamentales o federales, logrando en muchos casos la restauración de la confianza entre ciudadano y gobierno.

Construir las bases para establecer como característica de la próxima administración la gobernabilidad democrática, entendida ésta como la incorporación ciudadana de mujeres y hombres, tanto en la elaboración de los programas como en la realización de tareas específicas de gobierno, para agilizar las respuestas a sus demandas, resulta ser la misión fundamental de esta instancia de nueva creación.

La amplia experiencia de Javier Guerrero como servidor público, apegado siempre a la defensa de las causas sociales así como de los derechos de los ciudadanos, es una garantía de que, en la realización de programas gubernamentales prioritarios, se respetarán los derechos, las decisiones y las demandas de las comunidades donde se lleven a cabo.

Dado que, tanto en Yucatán como en el sur-sureste, la construcción del Tren Maya y el programa de reforestación y siembra y cultivo de árboles frutales constituyen las obras más importantes proyectadas por el cercano gobierno, su tarea consistirá seguramente en acordar con las comunidades, rurales, conservacionistas y científicas, las condiciones para su realización, de modo que se lleven a cabo de manera tersa, sin lesionar los intereses de los pobladores y respetando el medio ambiente.
La incorporación de Javier Guerrero García al equipo de AMLO resulta sin duda un acierto.

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