Cambio de ropa, de carro, de gobierno, climático, etc.; incontables y constantes cambios, pero olvidamos el más importante: el cambio de conciencia.

Es imperativo pensar en el bienestar colectivo, que es también el nuestro. Dejar a un lado nuestras prioridades, unirnos con el entorno y expandir nuestra percepción como una onda en el agua.

Al final de cuentas, somos peces en el mismo estanque.
La factura que pagamos como humanidad es alta e ineludible.

Solo en las desgracias colectivas nos unimos como individuos, pero, pasado el evento, volvemos a ser extraños confrontándonos y en muchos casos como enemigos irreconciliables.

Pero no estamos obligados a esa conducta, podemos individualmente ensayar cambios personales, partiendo de una visión positiva del acontecer y hasta las desgracias verlas como lo que realmente son: EFECTOS de nuestra conducta y no convertirlas en CAUSA de nuevos aconteceres indeseables.

No han sido suficientes más de dos MILENIOS, para que comprendamos la fórmula que nos dio el Maestro: “ÁMENSE”.La conducta entre nosotros, sociedad, no puede seguir siendo la misma que nos ha situado en la posición caótica en la que hoy se encuentra el mundo.

Parece de broma, pero qué vigente está hoy el discurso que dio Mario Moreno “Cantinflas” en la película El señor ministro. Para los que no la vieron, se centra en que no puede imponerse la voluntad de minorías a la necesidad de mayorías.

Por lo menos hay que ceder un poco para que las relaciones se relajen y buscar un punto medio de coincidencia y conveniencia.

ENTRE OTRAS COSAS. Espectacular fue la presentación del libro de la escritora mayista Sol Ceh Moo, “LOS LAMENTOS DEL IMEN”, en el Salón de Consejo de la UADY, producción de Maldonado Editores del Mayab.

La voz reconocida y muy bien colocada del locutor José Luis Preciado, leyendo varios poemas del mencionado libro, le dio un importante realce a la presentación.