|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Mi madre no sabe leer. Todas las estrategias educativas históricas alfabetizadoras en castellano no lograron derribar el muro de Trump enclavado en su cerebro. Así que, desesperada por leer uno de mis libros, me solicitó elaborar algún método para poder leer, escribir no es su prioridad. Esa petición me hizo recordar mi paso por las aulas en el Campus Tizimín de la Uady, donde adquirí conocimientos pedagógicos. Durante meses revisé metodologías exitosas en etnias de Sudamérica, escuché con interés a algunos ponentes nacionales e internacionales experimentados en alfabetización en lenguas maternas, y leí con mucha atención a Freire y la campaña de alfabetización cubana.

De Freire me queda claro que la alfabetización es la puerta de entrada al aprendizaje a lo largo de la vida, paradigma de la educación actual. En el modelo aplicado en Bolivia, la alfabetización indígena se realiza de acuerdo con la dominancia en una lengua, basada en el idioma en el que se sueña. Como mi madre sueña en maya, el manual de alfabetización que elaboré va dirigido a su aprendizaje en su idioma materno.

La distancia de mi aprendiz desde Mérida es de horas. Con interruptos semanales, asesorías telefónicas y hasta videos de aprendizaje, mi tutoriada ya reconoce palabras sencillas. El método surgió de una joya de alfabetización para niños en pasado lejano, se titula Cartilla Rébsamen, basada en simbología, a éste le adherí objetos y sujetos populares, el resultado se encuentra en ciernes. Cabe realizar algunas precisiones sobre mi manual de alfabetización para mayahablantes analfabetas, la primera es que está dirigido a adultos maduros, con conocimientos empíricos sobre su realidad circundante. La segunda, requiere de un acompañamiento tutorial, y es necesario probarlo en diferentes situaciones.

Es del dominio popular que los niveles de alfabetización en maya rayan en tabula rasa, los mayas no han desarrollado la habilidad de lectoescritura en su idioma materno, esto ha llevado a la afirmación de intelectuales y expertos en lingüística de que el maya es eminentemente una forma de comunicación basada en la oralidad; disiento de este criterio, sobre todo porque a los mayas no se les ha dado la oportunidad de aprender a leer y escribir en su idioma original.

Reconozco que este esbozo de alfabetización requiere de interdisciplinariedad, transversalidad con la realidad y evaluaciones. Por lo pronto se me ha invitado a presentarlo en el Segundo Congreso Internacional para el Fomento de la Lectura en Lenguas Indígenas, patrocinado por la Unesco.

Lo más leído

skeleton





skeleton