|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

La realidad es una: la situación actual de las lenguas indígenas no es idónea. Sobreviven excluidas de todos los dominios de carácter público e institucionales. Se pretende aparentar respeto a su uso, pero no es suficiente para frenar la tendencia que indica su menor utilización, tanto en las comunidades como a nivel familiar. Esto es efectivamente grave, sobre todo si se toma en cuenta que hay etnias en las que el número de hablantes ha disminuido de manera considerable. La protección constitucional para la preservación de las lenguas maternas originarias, al parecer, para algunas de ellas, llegó demasiado tarde.

En la actualidad las lenguas indígenas tienen un uso restringido, las transacciones comerciales, bancarias, de administración de justicia y otras actividades se realizan en castellano. Algunas lenguas originarias se encuentran en mejores condiciones de salud frente a otras que prácticamente están sin oxígeno purificante.

El idioma maya, aunque es una lengua que se habla cada día menos, aún tiene una buena cantidad de usuarios en la Península de Yucatán. El maya yucateco es solo una de las variantes dialectales que engloban a la cultura maya diseminada tanto en el sureste de la República como en importante franja de Centroamérica. Las lenguas surgidas del tronco maya son numerosas y cuentan con suficientes elementos para asegurar su supervivencia frente al castellano.

Se puede afirmar que el maya sobrevive a la intemperie, las instituciones estatales y federales creadas para la atención de los asuntos indígenas están alejadas de su comisión. Dilapidan su tiempo en asuntos banales y sin destinatario indígena. Valga como ejemplo la ausencia de una legislación que, en consonancia con la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, otorgue protección al idioma maya y haga posible la creación del Instituto Estatal de la Lengua Maya. Todo, sin esta estructura, es simplemente palabras bordadas en el aire. El atraso es tal que la denominada Norma de Escritura para la Lengua Maya, elaborada por los gobiernos de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, no es de uso obligatorio por no haberse publicado aún en el Periódico Oficial de cada estado.

Con motivo del día de las lenguas maternas (febrero 2018), el Inali anunció con pompa y poderío el Congreso Peninsular para la Institucionalización de la Lengua Maya; las discordias y el sentido político dieron al traste con el evento. Meses después de la parafernalia, el Congreso no ha servido para nada.

Lo más leído

skeleton





skeleton