|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Para tener una mejor sociedad, ¿qué es preferible?, ¿tener una mente positiva o cambiar el chip al realismo pesimista? Y aunque todos tendremos una perspectiva diferente, siempre seremos el producto de nuestros prejuicios y de nuestras acciones. Si las acciones son más positivas y menos negativas podrán ayudar a
disfrutar una realidad diferente; el mundo exterior no es nada más que el resultado de nuestro mundo interior. Lo explicaré así: imaginen el lugar que más les guste, un bosque, una playa, una plaza en el pueblo mágico de su preferencia o un parque; si colocamos en ese lugar a veinte personas, y les preguntamos qué ven, cada una dirá algo diferente, de acuerdo con su visión personal de esa realidad, y aunque no sea algo diferente lo percibirán
totalmente distinto. Mientras unos pueden sufrir por estar en ese sitio, otros podrán apreciarlo, disfrutarlo y hasta agradecerlo.

En definitiva, la mente positiva lleva a acciones positivas, pero ¿cómo lograrlo? El primer paso es tener convicción de visualizar las ventajas de ser más feliz, ya que nadie quiere lo que no comprende; si algo no es común para nosotros, si no lo entendemos, será muy poco probable que lo llevemos a nuestro día a día.

Siguiente paso: llevarlo a la práctica; no basta sólo con imaginarlo, tiene que ser un trabajo constante y cotidiano, volverlo un hábito hasta que el consciente se transforme en inconsciente. Siendo positivos será más sencillo que llegue el amor a la vida; al final el amor atrae al amor y el odio al odio. En este mundo dicotómico que nos tocó vivir es preferible vivir y educar para ser diferente, evitar que la mente negativa de algunos que pueden rodearnos se filtre a la nuestra y lograrlo no es tarea fácil, porque la vida no es fácil pero cada crisis, cada malestar, cada problema que nos hace mirar al cielo es una oportunidad de ser una mejor persona, de materializar la recurrencia de nuestros pensamientos positivos.

Anticiparnos de manera negativa a lo que podría ocurrirnos no nos ayuda a lidiar mejor con eso, sobre todo aquello que no depende de nosotros; vivir con el miedo de algo que no necesariamente va a suceder no nos lleva a ser más positivos. Al final del día todo puede terminar saliendo bien o no tan mal como habíamos imaginado. No
hay que tener conversaciones absurdas con nuestros pensamientos negativos, si bien se puede, de vez en cuando, tener ese tipo de pensamientos, podríamos elegir otros y además actuar diferente; después de todo la vida es una elección, podemos elegir ser víctima o cualquier otra cosa que nos propongamos.

Lo más leído

skeleton





skeleton