|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Héctor López publicó un relato en el que muestra cómo los espacios subterráneos fueron y aún son generadores de narraciones míticas aun en los tiempos modernos y en el contexto del desarrollo técnico actual.

Esta versión fue contada a López por Guillermo Sandoval, de religión católica, quien en 2006 tenía 45 años de edad, casado y con 19 años de trabajar para el Metro de la Ciudad de México.

Corría el mes de agosto de 2001 y Guillermo se encontraba trabajando en la estación Pino Suárez. Eran casi las cuatro de la madrugada y estaba por terminar su trabajo diario de dar mantenimiento a las vías férreas. En un momento dado, Sandoval quedó separado del grupo de trabajadores y de pronto se encontró con otra persona que hacía lo mismo que él. Esta circunstancia le extrañó mucho, pues Guillermo conocía perfectamente a todos los compañeros que laboraban en estas áreas. Por tal motivo le preguntó su nombre y su cargo.

El desconocido dio respuestas coherentes a la situación y Guillermo pensó que aquel hombre sí era un trabajador auténtico. No hubo más diálogo, ambos siguieron trabajando, pero Sandoval observó que aquel individuo desapareció en la oscuridad del túnel. Consideró oportuno anotar el incidente en su reporte diario.

Cuando terminó de trabajar, el jefe de la cuadrilla lo mandó a llamar. Al llegar a la oficina de su superior, éste le preguntó por el nombre del sujeto que había visto en el túnel.

Guillermo se lo dio y aprovechó para contarle los detalles de aquel extraño encuentro. Entonces el jefe sacó una enorme libreta donde están registrados los nombres, cargos y fotografías de todos los empleados que han laborado en esta sección del Metro.

Buscó cuidadosamente en las páginas de la libreta hasta hallar un nombre y una fotografía, que le mostró a Sandoval. Le preguntó si esa era la persona a quien había visto. Guillermo respondió con firmeza que sí. Seguidamente y con mucho tacto el jefe le dijo: “El trabajador que viste murió hace dos años” (Continuará).

Lo más leído

skeleton





skeleton