¡Al parecer, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) practica como deporte dejarnos con la boca abierta!

La primera sala ha emitido jurisprudencia para permitir el cultivo y consumo de la marihuana para uso lúdico, es decir, por diversión o recreación.

Con ello se les permite casi todo, menos venderla o distribuirla, a terceras personas, dado que han quedado sin efecto las disposiciones de la Ley General de Salud que prohíben “sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer, transportar y adquirir” de forma legal la semilla de la cannabis para uso personal.

Increíble, pero a los ministros de la Suprema Corte poco les ha importado que el psicotrópico THC y el estupefaciente “cannabis”, en conjunto conocidos como marihuana, tengan efectos nocivos en la salud de quienes la consumen. Poco les ha importado las voces de los expertos en manejo de adicciones que han alertado de la enorme trascendencia que traerá el que esa sustancia ahora se pueda consumir por diversión.

Por más que hacemos, tratamos de ponernos en los zapatos de dichos ministros y no encontramos razones “razonables” para el fallo emitido; porque aunque han dicho que los artículos antes mencionados “violan los derechos humanos a la dignidad, pluralismo, personalidad, propia imagen, libertad personal y corporal” ¡no convencen!

¿Qué motiva a la SCJN?, porque encontramos, eso sí, razones tal vez perversas para mantener a la población “anestesiada” bajo los efectos de drogas que ahora ya se considerarán legales.

¿Eso quieren?
Para los ministros, no es suficiente los estragos del alcohol en la salud de los consumidores, ni cómo por dicho consumo se han roto innumerables familias, se ha incrementado la violencia, se acentúa el ausentismo laboral o mueren miles de personas por conductores ebrios o drogados.

Nos deja atónitos que solo un ministro pueda ver el error en el que han incurrido sus compañeros, toda vez que de los cinco solo un voto fue en contra de dicha resolución.

¿Qué está pasando en el máximo órgano de justicia con que cuenta la nación? Podemos pensar que sus últimas sentencias han ido encaminadas a reducir significativamente la población, ya que están llevando a cabo estrategias amparadas por la Corte en donde justifican el aborto, las uniones del mismo sexo y ahora el consumo de marihuana.

¿No equivale a avalar el exterminio?
Si así piensan, lo que propone su ex compañera, la Lic. Sánchez Cordero, de legalizar la amapola, iría en el mismo sentido de aceptación seguramente.

El argumento del libre desarrollo de la personalidad está siendo una manga muy muy ancha para permitir cualquier cosa, tan es así que en aras de “no violar los derechos humanos de alguien” se cae en el extremo contrario y afecta a todo el resto de la población.

La libertad tiene límites y la SCJN los está borrando. Nos preguntamos una vez más ¿Qué motiva a la SCJN? ¿Con qué más nos sorprenderán?