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Con el obsequio de su nombre, y con destellos de su alma que se hicieron sentir en la emoción de sus familiares y discípulos presentes, el auditorio de la Facultad de Ciencias Antropológicas se denomina Salvador Rodríguez Losa a partir del pasado 5 de octubre, fecha en que concluyeron los festejos por el XLVIII aniversario de la fundación de ese recinto universitario.

El homenaje ofrecido a este brillante antropólogo, nacido en 1935, al maestro de muchas generaciones y al amigo de todo aquel que deseara serlo, se fue aplazando por circunstancias inexplicables, después de su sentido fallecimiento acaecido en 2002. Sin embargo, como resultado de una iniciativa bien fundada por parte de sus alumnos y de la propia directora de la Facultad, Celia Rosado Avilés, el rector de la Uady, José de Jesús Williams, se sumó a la idea de preservar la memoria de quien se caracterizó por ser uno de los funcionarios que más impulso dio a las libertades en el seno del Alma Mater. El acuerdo convenido hizo renacer la expresión amable y solidaria de Salvador Rodríguez Losa por los pasillos de la Facultad, en esa tarde nublada que, aunque anunciaba la caída de un aguacero, por fortuna, y acaso por justicia póstuma, se evaporó y dio paso a una emotiva velada.

La maestra Marina Basora viuda de Rodríguez y la directora de la Facultad fueron las encargadas de correr la cortinilla de la placa tallada en piedra, en cuyos relieves destacan las letras que componen el nombre de Salvador Rodríguez Losa, labradas para siempre. Acto seguido Edgar Santiago Pacheco pronunció unas sentidas palabras que no fueron sino preámbulo para que, con el entusiasmo reinante, se pasara al recinto recién bautizado que sirvió al noble fin de entregar el Premio Salvador Rodríguez Losa, conferido por la Confederación de Profesionistas de la Península, a la distinguida maestra y periodista Teresa Mézquita Méndez, en atención a sus méritos literarios. Al retirarnos de la Facultad, me vino a la memoria la conversación que sostuvimos hace unos días varios amigos, y en alusión al magisterio de destacados universitarios en las diferentes facultades de la Universidad, con ingenio sentenció mi condiscípulo Luis Ramírez Carrillo: “Cada Facultad tiene su Salvador Rodríguez”. Y nosotros, pero sobre todo las generaciones actuales y venideras, tenemos el nuestro, preservemos el pensamiento libre como lo hizo el maestro Rodríguez Losa.

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