Diálogos con Libertad

“Pá, ¿como estas?, fuera de los achaques comunes de la edad y las rutinarias visitas al doctor. Estoy bien… ¿Y cómo van las cosas por allá?...

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“Pá, ¿como estas?, fuera de los achaques comunes de la edad y las rutinarias visitas al doctor. Estoy bien… ¿Y cómo van las cosas por allá? Pues ¡fuera de la creciente y justas protestas por los jóvenes asesinados en Ayotzinapa Guerrero. ¡Hay vamos…! y ¿mamá como está? Con la bilis de siempre que hace en el mercado por el aumento de los precios a los productos básicos, pero ¡Va bien! Y ¿mi tía Lupita qué sabes de ella? Pues ¡luego de los berrinches que le ocasionó la reforma educativa, en general está bien. ¿Y manchitas? Fíjate que tuvo tres crías, y a la semana y media de nacidas los sacamos al sol y se robaron sus tres perritos; “Manchitas” se puso triste unos días pero ya la veo otra vez alegre, pero todo está bien". 

Papi y mi tío Fer,  ese está muy deprimido porque se quedó sin empleo en el último recorte laboral de la empresa donde trabajaba, pero creo lo superará. ¡Pero fuera de todo eso hay va!

Que me cuentas del tío Lucas ¡huy! De ese pobre que te cuento. Pidió un préstamo hipotecario al banco para poner un negocio de muebles y hasta su propiedad salió a remate, pero fuera de eso sigue siendo el más alegre de las tertulias familiares, sobre todo cuando tiene seis copetines entre “pecho y espalda”. Y ¿don Nelson el herrero, qué ha sido de él?. Pues fíjate que cambió de giro comercial y se metió al narco, con tan mala suerte que cayó en una redada donde fue cocido a balazos, pero fuera de eso los vecinos siguen siendo tan tranquilos como cuando tú estabas aquí. 

Este diálogo cibernético entre mi hija Libertad Nemegyei que actualmente cursa el tercer año en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), en La Habana Cuba, se da en los márgenes de un padre por procurar preocupar, lo menos posible a una hija que tan sólo con la intensidad de las tareas escolares que impone la educación en aquella isla el tiempo le apremia y le desgasta.

 Máxime en una alumna, como ella, que ha sacado extraordinarios niveles de calificación. A pesar de ello el diálogo persiste,  que trata de saber cómo estamos por acá, y un progenitor que trata de cuidar preocuparla. 

Papi ¿ y qué sabes de mi amiga Estercita? Tu amiga Estercita espera su segundo “chilpayate”, le ganó la calentura y la casaron con el bueno para nada del hijo de don Agustín, el tendero de los abarrotes. Pero aunque le veo la tristeza reflejada en su mirada, pienso que pronto superará su situación. Pa y ¿aún te sigues dedicando a la academia  universitaria? Así es mi amor doy clases en dos universidades pero con tantos días de descanso mi sueldo se encoge hasta en un 40 por ciento, aunque debo confesarte que me gusta mucho lo que hago aunque muera de hambre. Fuera de eso aquí sigo viendo pasar el tiempo, los acontecimientos y la realidad que nos marca el destino.

¡Papi me despido te envío besos para ti y con prolongación a toda la familia!, pero mas que nada, me voy tranquila porque las cosas por mi  amadísimo México van bien. ¡Gracias pá!

Luego que mi hija Libertad salió del internet, sentí un respiro de alivio prolongado, por no describirle la realidad difícil que atravesamos los mexicanos, en estos tiempos que no terminan por acabar. 

El diálogo con mi hija Libertad fue para mi importante por el sueño tan grande que acaricia de venir a ejercer la medicina cubana a México. Espero haber logrado mi objetivo tranquilizador.

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