Hace muchos años, desde que supe que existían certificaciones y sellos de calidad para destinos turísticos, como la famosa Q para los prestadores de servicios turísticos de España, me entusiasmé con la idea de poder replicar algo así para Cancún.

Cuánto he leído sobre el tema, cuánto he investigado, a cuántos expertos he escuchado y también a cuántos charlatanes y escandalosos sobre el tema he soportado.

Alguna vez de viaje por Hong Kong, recuerdo que el guía nos advirtió no comprar en donde no viéramos el sello naranja; se trataba de un distintivo que identificaba a los establecimientos de artículos electrónicos que no eran chafas para decirlo en mexicano, porque resulta que hay Sony que no es Sony, o Panasonic que se descompone apenas llega usted a su casa, así que la advertencia era clara y útil: comprar sólo en donde está el sello naranja.

Con eso en mente, y con la famosa Q de España y con los ISOS 9000, y con el distintivo H y luego el M, y también ahora el T y el G, pensaba que debería ser relativamente fácil establecer un sello de calidad para Cancún y la Riviera Maya, pero ha sido mucho más difícil de lo que creía. No es que no existan certificaciones que funcionen, claro que existen y muy buenas y de reconocido prestigio y cada vez más las empresas e instituciones que acceden a ellas de manera voluntaria y que sin duda se traducen en beneficios para los viajeros, en ventajas competitivas, en marketing para empresas y destinos y por su puesto en reconocimiento y posicionamiento.

Pero seguimos sin tener un gran club de calidad del destino que verdaderamente lo reconozca y lo haga público.

Es por ello, que ahora encontré la luz en el tema: La calidad y los estándares empezando desde los más básicos, será exigible por los clientes y los agentes de viajes.
Vamos a establecer un Distintivo de Calidad AMAV, que será otorgado a aquellos proveedores de servicios turísticos que para empezar, en primera etapa, cumplan con aquellos requerimientos básicos y fundamentales, que por lo mismo ya no se les revisan y eventualmente no se cumplen: De entrada, que estén legalmente constituidos,  registrados ante Hacienda, que cumplan con sus obligaciones fiscales y cuenten con pólizas de seguro de cobertura amplia para los turistas; que puedan demostrar cumplimiento de las normas de Protección Civil, para luego ir avanzando en etapas posteriores a temas de cumplimiento con estándares y certificaciones internacionales en el buceo, por ejemplo, en el tratamiento de aguas, en los cenotes, en el nado con delfines o en el uso de tirolesas, entre otros ejemplos.

Así que con gran entusiasmo hemos iniciado con los primeros pasos para instrumentar el sello o distintivo de Calidad AMAV, con el único propósito de elevar la calidad de nuestro destino, al garantizar la satisfacción total de nuestros turistas, así como su seguridad, lo que sin duda debe traducirse en consecuencia en mayores y mejores flujos de visitantes para el Caribe mexicano.

Seremos acuciosos y disciplinados en esta iniciativa, entusiastas y entregados pero también metódicos y pacientes. Tenemos como propósito el que no se promuevan ni se vendan proveedores de servicios turísticos que no cumplan a cabalidad con la calidad exigida, en suma no se venderán excursiones que no cuenten con el sello AMAV, y no se apoyará ni promoverá a prestadores de servicios turísticos que no estén debidamente afiliados a la Asociación participando solidariamente con este movimiento.

De lo que se trata es de fomentar, estimular, promover y premiar a la calidad y si Cancún y la Riviera Maya son los mejores destinos turísticos de México, y la AMAV  Quintana Roo representa a los más profesionales y exitosos agentes de viajes y operadores turísticos del país, no hay entonces razón, por la cuál no intentarlo y lograrlo.

Así que iniciamos pues un nuevo compromiso por la calidad. Cualquier comentario con esta columna que nuevamente apuesta por la competitividad, favor de dirigirlo a: [email protected]