El PRI no ganó

El PRI perdió ciudades importantes, entre ellas Saltillo, que hace tres años la ganaron por más de 50 puntos de ventaja.

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Cada quien puede hacer su propia lectura. Las campañas fueron las más violentas de la historia; la abstención se dio en altos porcentajes; el ambiente en que se desarrollaron los procesos electorales no fue de lo más democrático ni tampoco festines cívicos. Veamos a los partidos.

El PRI. Ignoro por qué el PRI está tan contento si sus resultados no dan para el regocijo. Si el reto panista era mantener el gobierno en Baja California, el del PRI era, después de 24 años de haber perdido, recuperarlo. Era mostrar que el efecto Peña continúa. No fue el caso. Perdieron Baja cuando llegaron a tener una diferencia notoria al inicio de la campaña. Dicen que Castro Trenti era un pésimo candidato. Puede ser, pero no deja de llamar la atención que el priismo haya sido incapaz de sacar provecho de más de 20 años de panismo.

El PRI perdió ciudades importantes, entre ellas Saltillo, que hace tres años la ganaron por más de 50 puntos de ventaja, y Aguascalientes, donde el atrabiliario del gobernador denunció como cómplice de narcos al candidato panista que ganó. Cierto que sus triunfos en Veracruz, Quintana Roo y Zacatecas, por ejemplo, les ajusta el marcador, pero no es para echar cuetes después de haber ganado la Presidencia y tener esos resultados.

El PRD. Es el partido perdedor. Todos los análisis coinciden en eso. Veracruz, Quintana Roo, Hidalgo, que eran lugares en los que  tenía presencia electoral, han quedado muy por debajo de las expectativas como en Zacatecas, donde en algunos rubros sale incluso por abajo del PT. El PRD ha quedado lejos del segundo lugar que obtuvo en las presidenciales el año pasado. Es probable que los adversarios de Zambrano salgan a reclamar los resultados, pues casi nadie les adjudicará como propia la alianza triunfadora en Baja. Así que parece que el presidente del PRD no tendrá un día de campo.

El PAN. No tiene caso regatear triunfos. El PAN tuvo resultados positivos. Mal hace quien se los quiera adjudicar como propios, salvo candidatos y militantes que estuvieron en campaña. El conflicto desatado por el presidente del partido contra varios de sus militantes no parece haber interferido. Si bien es de festejar Saltillo y Aguascalientes, así como el triunfo arrollador del gobernador Moreno Valle en su estado, es de preocupar el resultado en otros estados que solían tener una fuerte presencia panista. Veracruz es un caso o Chihuahua, en la que el PRI se llevó casi todo lo llevable.

Madero tendrá que regresar a un partido que él mismo ha lastimado y en el que ha sembrado cizaña por doquier. Se entiende que esté ufano con la victoria y es una buena noticia para el PAN tan ayuno de cosas positivas. Pero el partido es algo más que elecciones. Ayer dijo que analizaba la posibilidad de retirase entre aplausos “como Greta Garbo”. ¡Qué bien! Solamente hay que recordarle que mientras más pronto se vaya, más aplausos.

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