Esta columna no la escribió Carlos Slim

¡Qué suerte para Slim que los pactistas están llenos de casas y departamentos y amigos contratistas!

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Creen en las altas esferas que así sucedió: Carlos Slim le llamó hace cosa de un año a Arthur Sulzberger Jr., presidente de The New York Times, y le dijo —en inglés— algo así como: “Chíngate a Murat”. Sulzberger llamó a un par de reporteras, algunos editores y al director del diario neoyorquino y les dijo: “Por orden del ingeniero Slim tenemos que chingarnos a un tal Murat, aunque para eso tengamos que hacer un gran reportaje que involucre a decenas de personas más en el mundo”. Les entregó una foto del exgobernador de Oaxaca y un año después se publicó la historia de las propiedades de la familia Murat en Estados Unidos.

Slim repartirá bonos para todos.

Algo similar, según se dice en los corredores del poder, ha sucedido entre otros empresarios mexicanos —¿o el mismo?— y Aristegui Noticias, el Wall Street Journal, Esquire México (propiedad de editorial Televisa), la agencia AP, The Economist…

Por suerte, los integrantes de El Pacto por México lo tienen claro.

En varias entrevistas esta semana, el exgobernador de Oaxaca ha repetido que sabe que esto es simplemente una reacción a su gran obra —él prestó la casa para El  Pacto—: “Estoy haciendo un análisis de fondo para ver a quién sirve esto (el reportaje del NYT). Cuando enfrentas cambios en la vida de los países que son útiles para los distintos niveles de vida y del pueblo de México afectas sus intereses y… hay por definición un rebote (sic)”.

El secretario de Hacienda, pilar de El Pacto, lo explicó así a Carlos Loret, cuando el WSJ publicó lo de Malinalco: “Me queda muy claro que la actuación de este gobierno ha afectado intereses, ha afectado la aplicación de reformas, como la reforma hacendaria, de telecomunicaciones…. Naturalmente, esto está generando resistencias, lo entendemos muy bien y lo asumimos con la misma convicción de cambiar a México. Sería un error que casos como éstos nos distraigan, nos detengan o nos retrasen porque sería beneficiar esos intereses que buscan que el país no cambie, proteger sus intereses personales, intereses de negocios. Esto no va a ocurrir”.

¡Qué suerte que los pactistas ya identificaron a sus enemigos!

¡Qué suerte para Slim que los pactistas están llenos de casas y departamentos y amigos contratistas!

No sé qué tan afortunado es que los arriba mencionados piensen que todo lo que pasa es tan solo un lío entre ellos.

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