La generación del milenio

Los jóvenes están cansados de los políticos tradicionales, quieren ver figuras auténticas que les devuelvan la esperanza...

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La generación del milenio es probablemente la más desencantada de los temas políticos. Pero, ¿a qué se debe la desilusión de los jóvenes? Su apatía política no es culpa de ellos; es la falta de sensibilidad de los líderes con mensajes poco atractivos para ellos. Y es que muchos siguen casados con la vieja escuela de la política tradicional y acartonada. 

Si a esto se le suman los medios saturados de propaganda inservible en donde se observan pocos intentos creativos, y en donde se le da más prioridad a la producción que al contenido, es obvio tener un electorado no sólo desesperanzado, sino agotado.

Si bien Bernie Sanders no alcanzó a ser el candidato demócrata a la presidencia en Estados Unidos, lo que sí logró fue llegar a ser el favorito entre los jóvenes. El candidato más viejo fue quien logró encender a los millennials, hablándoles de sus necesidades reales. 

Al sintonizar con ellos, logró un profundo cambio de mentalidad entre esta generación adicta a la tecnología, que no puede vivir sin teléfono celular ni redes sociales. Es en ese mundo digital donde se enganchan en los debates. Sanders fue por ellos. Llevó su estrategia de campaña a las redes sociales. Surgieron organizaciones de todo tipo en más de 220 escuelas y campus universitarios en Estados Unidos. Los estudiantes se pusieron la camiseta con el lema “Feel The Bern”, un juego de palabras con el apellido que puede ser traducido como “Siente el fuego” o “Siente el ardor”.

Les habló a los jóvenes en su idioma de los temas que les importan: educación superior gratuita, sanidad pública universal, cambio climático, reforma migratoria y del sistema judicial, vacaciones y licencias de maternidad pagadas para los trabajadores, fin de las contribuciones de las corporaciones a las campañas políticas, mayor control de Wall Street y sus bancos, fin de las rebajas fiscales para los ricos. 

Los jóvenes están cansados de los políticos tradicionales, quieren ver figuras auténticas que les devuelvan la esperanza. José Mujica en Uruguay nunca trató de desarrollar una imagen publicitaria, sino que siguió siendo un tipo común y corriente que terminó conquistando a todo el mundo.

Los millennials están desesperanzados, sin que esto signifique que no les importa la política. Eso suena algo conformista. A ellos hay que atraparlos con temas que los muevan de verdad, hacerlos sentirse escuchados y representados. Hay que pegar directo en el núcleo de sus aspiraciones de vida.

Ya vimos que la tecnología y las redes sociales pueden ser los aliados. En el proceso de 2018 en México, este grupo de 24 millones de personas representará a cuatro de cada 10 votantes de todo el padrón electoral. Algunos actores ya lo tienen bastante claro.

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