Pendientes legislativos federales

La cuarta transformación republicana inició el sábado con la toma de protesta de los legisladores federales...

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La cuarta transformación republicana inició el sábado con la toma de protesta de los legisladores federales, pero Quintana Roo no requiere tanto, con que se cumplieran demandas que han quedado en el olvido aun con la alternancia, sería suficiente para dar constancia de que el cambio ha llegado a la entidad.

Por ejemplo, es pertinente recordarles a los legisladores que está pendiente de modificarse y regresar al horario original; siendo la mayoría de los diputados federales en funciones procedente de la zona norte de Quintana Roo, conocen perfectamente el antecedente del proceder de un grupo empresarial que se inventó un proyecto aprobado en la Cámara baja, con el aval del gobierno de Roberto Borge Angulo, pero que en la alternancia ya no tuvo reversión. Es tiempo de retomarlo, pues el beneficio de pocos representó un impacto para la mayoría poblacional, y así quedó incluso registrado en las mediciones hechas por la desaparecida Comisión de Energía de Quintana Roo.

Pero no es el único tema, y hablando precisamente de energía, hay que recordarles a los legisladores, sean de Morena o del Partido Verde Ecologista (PVE), que la promesa de reclasificar la tarifa de consumo quedó como pendiente, pues la mayor parte del territorio estatal se clasifica como “B”, cuando debe corresponder la clasificación “D”, por las altas temperaturas, y prueba de ello es que hace dos años se cambió dicha clasificación en la zona norte estatal, específicamente para los municipios de Benito Juárez e Isla Mujeres, pero hasta ahí quedó.

Lo anterior es fundamental, porque en los siguientes meses escucharemos floridos discursos en contra de la reforma educativa o energética, pero lo que le duele al “ciudadano de a pie” es lo que ocurre en su entorno inmediato, los legisladores hablarán de transformar al país; pero como reza el dicho, para cambiar el mundo, se comienza por la propia casa, pues el proceso inverso es siempre una tarea imposible.

Claro, los legisladores deberán gestionar recursos para seguridad, pues la situación parece cada vez más grave en la zona norte de la entidad, pero también urge que inscriban en los proyectos federales la ampliación de la carretera que corre de Chetumal –aun capital de la entidad- con Tulum, pues tiene décadas de retraso y es la única vía de tránsito entre el norte desarrollado y el sur en espera de ser atendido.

Que el Tren Maya será la obra emblemática de Andrés Manuel López Obrador para el sureste; de acuerdo, pero hace falta concretar la construcción de los puentes sobre la Laguna Nichupté antes de que Cancún colapse; y todo ello es responsabilidad de los que el sábado tomaron protesta, en conjunto con las autoridades locales; así que la grandeza de esa cuarta transformación no está en las obras grandes y trascendentes, sino en culminar todos los pequeños anhelos que llevaron a una crisis de credibilidad a todos los gobiernos, y que colocan a los “morenos” en la posibilidad de hacer lo que los demás sólo prometieron.

Quedan muchos temas más en lo local, los descritos son apenas los más recientes, pero es claro que la cuarta transformación de la República pasa por cambiar el entorno del millón y medio de quintanarroenses que aún esperan un cambio, que los discursos de las grandes reformas son importantes pero no ponen comida en las mesas y que es tiempo de que los legisladores antepongan sus agendas locales por las grandes agendas partidistas, porque se trata de ser diferentes y no más de lo mismo; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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