El peligro de polarizar una sociedad

La psicología de masas es uno de las herramientas más peligrosas que usan los políticos...

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La psicología de masas es uno de las herramientas más peligrosas que usan los políticos. En el caso de tendencias o impulsos las mareas de opinión y las pasiones se mueven con la fuerza de un huracán y puede volverse incontrolable. Del mismo modo que la proyección de un filme en el cine arranca carcajadas multitudinarias en escenas que en casa pasarían con una leve sonrisa en los labios, se pueden mover las voluntades de sociedades enteras y volcarlas en espirales violentas con sólo detonar chispas en multitudes. La psicología de masas fue usada por Hitler en 1930 para polarizar la sociedad alemana e inculcar una pasión antisemita sobre un enemigo creado por sus ideólogos.

Tal como un virus, sembró la idea de que una parte de la sociedad era la culpable total de todos los males de la gente buena y trabajadora. En lugar de unificar al pueblo, lo dividió en “buenos” y “malos”. Primero empezó denostando a los que se consideraba como anti nación hasta volver un asunto casi patriótico la agresión verbal a los mismos que poco a poco pasó a la violencia de estado con el beneplácito de la sociedad. Dividir a la sociedad en gente buena y gente mala o “mafiosos” o “fifís” o “momias” es una herramienta muy peligrosa y casi cruel, pero altamente efectiva.

El ejemplo de Adolfo Hitler tiene escalas de comparación, obviamente no hablo de la barbarie subsecuente, sino de la sutileza de enfrentar al pueblo donde el ganador es el que amarra las navajas (divide y vencerás).

Para esto se debe empezar por el descrédito a toda una parte de la sociedad mediante calificativos y acusaciones. Hoy, leyendo un tabloide, estudié la entrevista a una de las votantes del espinoso tema del NAICM, la noble señora, al ser increpada sobre su obvia ignorancia en temas de aeronáutica, proyecciones a futuro, desarrollos urbanísticos y estrategias regionales, respondió que el NAICM debería ser cancelado para terminar con los negocios turbios de Slim.

Desafortunadamente la entrevista terminó ahí, se le debió preguntar ¿cuáles negocios turbios? pues lo que sean; si tiene más que yo es que ha robado o mentido. Lo desconcertante es que el movimiento social que impulsa el nuevo gobierno no va acompañado de ningún análisis imparcial. Se induce a la sociedad a votar para terminar con un proyecto para obstaculizar a un parte de la sociedad que se le culpa de la lamentable situación que sufre nuestro país desde hace decenios.

Lentamente se sugiere que cualquier iniciativa que surja de los “malos” estará invariablemente contaminada por la corrupción y por el robo. Para eso hay que informar a medias y mentir a medias, con eso basta. Así con paso lento pero seguro se irá polarizando la sociedad y cuando ya termine la fiesta y haya que pagar la cuenta será fácil volver a culpar a los “malos”. La polarización social sólo puede tener un objetivo: la apertura a la ilegalidad y al despotismo.

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