El mundo de las emociones (IX)

Para sintonizar emocionalmente con los demás requerimos estar en sintonía con nosotros mismos.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Hablamos ya de dos decisiones de naturaleza emocional que son clave para nuestra madurez y felicidad: perdonar y estar alegres.

Hablemos ahora de la tercera decisión que cierra el círculo de nuestra salud mental y emocional: decidir permanecer cerca de los demás. En otras palabras, estar en sintonía emocional con nuestro entorno.

Para sintonizar emocionalmente con los demás requerimos estar en sintonía con nosotros mismos, a través de dos escenarios previos: vivir sin rencores y vivir habitualmente alegres.

Ahora, una vez entrados en sintonía con nosotros mismos, estamos listos para trabajar y sintonizar con quienes nos rodean.

Lo anterior supone la condición básica de sentirse amado, aceptado, seguro de sí mismo. 

Cuando nos sentimos seguros, aceptados y amados, solemos evitar todo tipo de muro protector que nos aleje de los demás y, consecuentemente, abrimos puertas que permitan –cómoda y libremente- “salir” y “entrar” de nuestro espacio vital a quien así lo decida. 

Lo cerca o lejos que nos sintamos de alguien está en relación directa con lo lejos o cerca que nos sintamos de nosotros mismos.

Jovencitos, la semana próxima concluiremos platicando algunas cosas –maravillosas- que ocurren cuando estamos “emocionalmente sintonizados” con las personas y con las cosas que nos rodean.

Lo más leído

skeleton





skeleton