Uno, dos, tres aeropuertos

Se acerca la consulta sobre el nuevo aeropuerto, y crece la confusión del público.

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Se acerca la consulta sobre el nuevo aeropuerto, y crece la confusión del público. Se diluyen en la discusión los datos duros, y la ambigüedad y la desinformación toman el mando.

Una excepción es la página que Milenio dedicó a dos temas claves: el ecológico y el financiero.

Respecto del primero, dice Milenio: “Mitigable y hasta evitable, daño ecológico por el NAIM”. La fuente es el estudio de la Organización de Aviación Civil Internacional del año 2013.

“La afectación más importante”, aclara el estudio, “es a los hábitats de flora y fauna, pero hay medidas de recuperación y creación de lagunas, como ya sucedió en terminales europeas” (Madrid, Barcelona, Ámsterdam).

La nota financiera dice: “Nuevo aeropuerto no requiere recursos federales”. Sigue: “El director de la obra niega que hayan solicitado 88 mil millones de pesos” para el año entrante.

El declarante, Raúl González Apaolaza, director de construcción del nuevo aeropuerto, explica que el proyecto tiene asegurados recursos por los siguientes tres años. Necesitarán los 88 mil millones hasta el segundo semestre de 2020.

“No requerimos del presupuesto fiscal”, dice. “Lo podemos conseguir en los mercados internacionales. Colocamos bonos a 30 años. No le quitamos ni un centavo a la Federación”.

El avance de las obras, según González, es de 31%, no de 20, como dijo el presidente electo. La pérdida en caso de cancelar la obra sería de los 60 mil millones ya invertidos y “110 mil millones para pagar demandas de empresas contratadas”.

La información de Milenio puede ser incompleta, pero es clara como el agua, al revés del proceso de información y consulta en que estamos.

Un acierto del gobierno electo ha sido recordar que el problema inmediato no es el nuevo aeropuerto, sino la saturación del actual. (El País, 12/10/18)

La saturación, agrega, puede resolverse en dos años, con una cirugía mayor en la Terminal 1 de la Ciudad de México y una ampliación del campo de Toluca, con un costo total de 3 mil millones y 8 millones de pasajeros más por año.

Si todo lo anterior es cierto, la opción es clara. Para el largo plazo, hay que construir el nuevo aeropuerto. Para el corto, arreglar   la Terminal 1 y Toluca.

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