Ignorar la factura de vivir mas años

Nos estamos volviendo en el ámbito nacional uno de los estados que destacan por su porcentaje

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Nos estamos volviendo en el ámbito nacional uno de los estados que destacan por su porcentaje, arriba de la media nacional, de pobladores considerados adultos mayores. Sin duda, esto nos lleva a plantearnos múltiples interrogantes sobre los riesgos de este grupo, que se ve amenazado hoy más que nunca por desempleo, enfermedades crónico-degenerativas y menguada red de apoyo familiar, por tan solo citar.

Pongámonos en los zapatos de estos adultos mayores cuando vienen arrastrando y paulatinamente desgastando de forma acelerada ese cuerpo con más de 6 décadas, máxime si por cualquier circunstancia no fue atendido, a pesar de la difusión de medidas preventivas. Poca gente tiene conciencia de su potencial vejez e inevitable mortalidad sino hasta después de los 50 años.

¿Pero qué sucede cuando nos enfrentamos a esos problemas que llamamos crónicos? No hay que ser adivinos, sentimos que el mundo se acaba y más de uno, en mis 30 años de médico, se ha desplomado emocionalmente al saber que tiene diabetes, artritis, hipertensión o cáncer.

Te comento que el saberse “atrapado” por una dolencia crónica produce grave distorsión de la vida y cual tentáculo alcanza las áreas personal, familiar, laboral y social. Los síntomas son abigarrados y van desde malestar, miedo, depresión, agresividad y pérdida de comunicación con la familia hasta el aislamiento social y deterioro del nivel socioeconómico.

Por otro lado, quienes rodean al doliente abonan comentarios que poco ayudan para su recuperación. No falta quien exprese: ¡así le pasó a zutanito y se murió hace dos meses!, o ¡te lo dije, debiste hacerte unos análisis¡

Nuestra reflexión trata de enfatizar que el abondono, la desidia, el poco interés o autoestima son compañeros eficaces de las enfermedades. Modernos hábitos alimenticios, el consumo de sustancias adictivas, la falta de ejercicio, el sedentarismo y estrés no solo son capaces de modificar la salud orgánica del cuerpo humano, sino que erosionan nuestras actitudes y modifican la percepción de la vida.

Por todo ello, este es el momento de dar un giro a tu estilo de vida. Es importante que primero te quieras para poder querer a los demás, abandona esos aires de perdonavidas y posturas egoístas que te hacen pensar que puedes hacer con tu vida lo que quieras. Somos parte de un engranaje, en donde todas las piezas -por pequeñas que sean-, son indispensables para mantener el funcionamiento exacto y positivamente evolutivo de la humanidad.

Cual colofón, te seguire recomendando la práctica de ejercicio diario, alimentación prudente y guiada, amén de revisiones o chequeos médicos períodicos. Ocúpate de tu salud, es una exigencia que me encarga la familia.

 

 

 

Lo más leído

skeleton





skeleton