El sistema no se ‘cayó’… se ‘calló’

El polémico @ManuelBartlett logró lo que ni Ahumada o Nestora Salgado...

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El polémico @ManuelBartlett logró lo que ni Ahumada o Nestora Salgado: puso de cabeza a las redes sociales afines al virtual presidente electo @lopezobrador_ hasta revelar su lado más perverso, el de la manipulación de la historia.

 

La decisión de AMLO de proponer al senador para encabezar la Comisión Federal de Electricidad a fin de cuentas es suya. Lo criticable en este caso es la actitud de los usuarios de redes sociales, pero no de todos, sino de los apologistas, de los ultras y fanáticos.

 

Sabemos que nunca faltará el “bot”, “troll” o “shadow user” que atacará a quienes osen criticar al amado líder, pero en el caso de @ManuelBartlett, las cosas llegaron al extremo de manipular descaradamente la historia. Cierto, los mexicanos vivimos con una versión institucional de nuestro pasado, pero una cosa es el revisionismo para revelar la verdad, y otra, limpiar el pasado para justificar el presente.

 

En la entrada en Wikipedia dedicada al senador, más de cincuenta cambios sufrió su información sólo en los días finales de julio. Entre apologistas y críticos se revisó la información, pues unos matizaron el fraude de 1988, o los casos Camarena y Buendía, y otros resaltaron las acusaciones en su contra.

 

En Twitter, decenas de usuarios novatos, orgánicos pero evidentemente de recién ingreso a la red sociales, inundaron los trending topics sobre Bartlett para lavar su imagen a tal grado, que algunos llegan a afirman cosas como que no hubo caída del sistema, porque en el 88 no había computadoras –sic-, otros, que Bartlett no sabía nada sobre el fraude, y los más cándidos, que fue un error de semántica: que lo que pasó en 1988 es que el sistema no se “se cayó”, sino que “se calló”.

 

¿Por qué es posible esto? En gran medida gracias a la poca seriedad que los mexicanos damos a la historia, a la que se ignora y soslaya hasta que algo útil y temporal parece necesitar su ayuda. Además, y aunque duela es muy cierto, muchos de los apologistas son millennials, jóvenes que no sólo son ajenos al autoritarismo del PRI, sino que no les contaron sobre esa etapa de nuestro pasado ni de las consecuencias mortales que, en el caso del senador, tuvo para decenas de ciudadanos en aquella época. La ignorancia, como siempre, es la mejor arma para los fanáticos.

 

Si a este grado se llegó sólo con la nominación de @ManuelBartlett, ¿cómo será con los nombramientos que vienen? Tristemente, el caso del senador evidencia hasta qué nivel se han vuelto incuestionables las decisiones del próximo presidente. Si en la política tradicional mexicana el largo período de transición presidencial servía para la gira del adiós del mandatario en turno, en 2018 está siendo último como muestra de lo que está por venir, al menos en lo que a redes sociales se refiere.

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