La palabra y los pantalones del Presidente

El turismo del puerto de Acapulco es el desaparecido 44, y la Ceteg, los maestros que no lo son, quienes asaltan y secuestran. Pero: ¿Qué harán cuando no le paguen al que no dé clases?

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Ya sé, ya sé, ya sé: es machismo del feo. Pero no puede el Presidente de la República, no el alcalde de El Venado (con todo respeto, como diríayasabenquién) ni un regidor de Pénjamo, soltar en Acapulco: “Va mi palabra en prenda, voy por ella”, digamos, parafraseando al Guerrero original, y que la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (sic) de Guerrero, los normalistas y los narcopunks y los anarquistas becarios de la impunidad le tapen la boca de inmediato.

Apenas el 5 de diciembre dio “garantía de mantener libre a la circulación la Autopista del Sol”, sin la cual Acapulco está ahorcado. El turismo del puerto es el desaparecido 44, y la Ceteg, los maestros que no lo son, pero cobran como si lo fueran cada quincena, la cierren en burla aviesa y no pase nada. Pero: llega la quincena y los bloqueadores se presentan puntuales a cobrar. ¿Qué harán cuando no le paguen al que no dé clases?

El domingo 14 la Ceteg asaltó el hotel donde se hospedaban policías federales, desarmó a todos, secuestró a tres, dio talibánicos azotes a dos, otro debió ser hospitalizado con traumatismo craneoencefálico. Por supuesto, quemó vehículos. Los policías siguen siendo costales para descargar iras. No tienen derechos.

En Tlapa, la Ceteg secuestró por horas a más de cien periodistas, con todo y sus familias, durante una entrega de premios.

Los sometieron a “juicio popular” entre hombres armados y anunciaron que los periodistas deberían seguir un “proceso de reeducación”: Mao y Sendero Luminoso.

Para comenzar la reeducación, reporteros y editores debieron “confesar” sus culpas... (en 1936, durante los Juicios de Moscú, los viejos bolcheviques “confesaron” sus traiciones a la Revolución), luego marchar en ignominia por las calles de Tlapa: aires de Revolución Cultural que, no olvidemos, produjo hambre en China y casos de canibalismo. Olvidado elLibro Rojo, China se encamina ahora a ser primera potencia mundial.

El Movimiento Popular de Guerrero recoge, ciegos y sordos, la basura de que China se despojó. Une Stalin, Mao y Pol Pot. No hay gobierno en Guerrero. La Federación mira.

¿Hay algo peor que el autoritarismo? Sí: la ausencia de autoridad que vemos y a la que cada quién le pondrá nombre. A mí, en este país donde hay libertad de expresión, me sale expresar que no tiene pantalones y hacen escarnio premeditado y alevoso de su palabra.

Digo... Es el Presidente de un país más de quince veces mayor que Inglaterra y gobierna para 120 millones de mexicanos que se reproducen como cuyos. Y la Ceteg lo humilla.

Los varones sabemos que si permitimos al grandulón de la escuela patearnos, ya en el suelo nos mea. Los cafres que mandaron al hospital a siete agentes federales y golpearon a decenas de periodistas, en total impunidad, nos están demostrando que en Guerrero ha desaparecido el Estado. Esquedeveras...

Guerrero: “El 13 de octubre maestros quemaron el Palacio de Gobierno, el 22 el ayuntamiento de Iguala, el 11 de noviembre destrozaron la sede estatal del PRI, el 12 incendiaron el Congreso local, el 5 de diciembre obligaron al gobernador Rogelio Ortega a marchar con ellos en Ayutla, el 8, luego de ser retenido por 19 horas, el diputado local Daniel Esteban González firmó un documento comprometiéndose a renunciar a su cargo, el 9 obligaron a marchar a dirigentes del PRD y MC y les colgaron al cuello cartelones en donde se leía Somos ratas del PRD, también forzaron a portar pancartas contra el Presidente a funcionarios de la Junta Local Ejecutiva del INE”. José Woldenberg. Reforma, 18.12.

La letra escarlata que debían llevar las adúlteras, el sambenito infamante impuesto a los pecadores para su reconocimiento público, los Juicios de Moscú en 1936, las novatadas de la FEG cuando los novatos enchapopotados y emplumados debían caminar a cuatro patas y llevados por una cadena al cuello por el centro de la ciudad. De ahí el nombre de “perros”.

¿Y el asesinato de Gonzalo Rivas, quemado vivo por los normalistas que incendiaron a propósito la gasolinera donde trabajaba?

Cuentos: El vino de los bravos (y unos tequilas), Planeta.

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