Panadería con sabor a bondad

Hola qué tal estimado lector, si te preguntas si existe una receta para la solidaridad...

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Hola qué tal estimado lector, si te preguntas si existe una receta para la solidaridad, sí la hay, aunque no todos están dispuestos a seguirla al pie de la letra, pero cuando lo hacen sin duda queda un delicioso y satisfactorio resultado.

Hace unos días al pasar por la calle 58 del centro de la ciudad, muy cerca de la Plaza Principal, el aroma que salía de una panadería era casi hipnótico, ya que, además de hacerme saborear sus productos, llegaron a mi mente recuerdos y experiencias de ese lugar, donde meses atrás visité y tuve el gusto de conocer a su dueño Antonio Sarain, un hombre que, sin duda, nos enseña el valor de compartir sin importar lo poco o mucho que tengas, porque siempre hay alguien que necesita de ti. Es originario de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y en su rutina diaria se encuentra un acto que muchos deberían replicar: ha puesto en la puerta de su negocio una caja donde en las mañanas coloca más de una docena de la variedad de sus productos para las personas de escasos recursos. Puso un letrero que dice: “Si usted se encuentra en necesidad, tome un pan” y bastan nada más un par de horas para que se agoten.

Eso me hace reflexionar sobre cuántos establecimientos que tienen la oportunidad hacen algo similar, bueno, mejor aún, cuántas personas que tienen los recursos destinan un poco de sí mismos al prójimo. La realidad es que muy pocos, tal vez porque nunca han estado en esa situación, tal vez porque nunca han pasado la desesperación y el hambre.

La buena voluntad de este hombre se ha vuelto famosa en el corazón de la ciudad y una de esas voces con esta historia llego a mí, por lo que no dudé en ir a conocer la autenticidad de la narración y vaya que mi sorpresa fue tal que las palabras se quedaron cortas; sin duda, he conocido historias similares, pero ninguna como la de este hombre que significa todo un ejemplo que se debería repetir y tal vez, pero sólo tal vez, así despertemos conciencias y movamos corazones.   

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