Al presentar su Plan Nacional de Paz y Seguridad 2019-2024, Andrés Manuel López Obrador literalmente dio un giro de 360 grados en el combate a la inseguridad, pues quedó en el mismo punto en que lo deja Enrique Peña Nieto y que inició hace casi 12 años Felipe Calderón: la militarización de la seguridad pública.

Esa decisión se entendería si no fuera porque, desde que era precandidato, López Obrador criticó el papel de los militares en la estrategia contra las drogas y advirtió que los regresaría al cuartel para no seguir “la represión al pueblo”.

Más aún, en septiembre de 2006, cuando perdió la elección ante Calderón, convocó a sus seguidores en el zócalo capitalino y lanzó aquella frase: “Se pueden ir al diablo con sus instituciones… que se queden con sus tanquetas y sus soldados”.

Desde entonces arreció su ataque a las fuerzas armadas, acusando sin pruebas a la Marina y al Ejército de crímenes que nunca cometieron, e incluso responsabilizó a los soldados de la masacre de los normalistas de Ayotzinapa.

Pero parece que ha entrado en razón y ahora reconoce que “en lo sustancial, los soldados y marinos mexicanos fueron y siguen siendo pueblo uniformado”, por ello dijo que necesita el apoyo de las fuerzas armadas para conformar la Guardia Nacional que estará integrada por las policías Naval y Militar, y elementos de la Policía Federal, amalgamados en una corporación bajo el mando de la Sedena, que se encargará del reclutamiento, adiestramiento y organización de sus efectivos, su equipamiento, despliegue y operatividad.

Esto, dijo, para enfrentar la grave crisis de seguridad que ha dejado al país “convertido en panteón”.

Los ocho pilares del plan del presidente electo son:

1) Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia

2) Garantizar el empleo, educación y salud a través de programas de desarrollo

3) Respeto y promoción de derechos humanos

4) Regenerar la ética de la sociedad

5) Reformular el combate a las drogas

6) Consejo de la construcción de la paz

7) Recuperación y dignificación de las cárceles, y

8) Plan de Seguridad Pública.

El Plan Nacional de Paz y Seguridad, de 22 páginas, detalla cada una de las estrategias y planteamientos de AMLO, lo que obliga a darle un voto de confianza para iniciar a partir de unos días esta nueva ruta en busca de pacificar a México y reconciliar a los mexicanos.

Anexo “1”

 La Guardia Nacional de México

 Según el Plan Nacional de Seguridad 2018-2024: Los efectivos de la Guardia Nacional de México provendrán de las policías Militar y Naval, así como de la actual Policía Federal, y adicionalmente se convocará a civiles y a elementos de tropa para que se integren a la formación de nuevos elementos, los cuales recibirán formación y adiestramiento en planteles militares, de acuerdo con un plan de estudios elaborado por las secretarías de Defensa Nacional, Marina, Gobernación y Seguridad Ciudadana. A la capacitación teórica y práctica y al entrenamiento físico castrense se agregará una formación académica y práctica en procedimientos policiales, derecho penal, derechos humanos, perspectiva de género, primeros auxilios, protección civil y otros necesarios para el buen desempeño de los elementos.

Con esta medida se resolverán tanto el vacío legal en el que los institutos armados han venido participando en las labores de policía como la carencia de una institución policial profesional y capaz de afrontar el desafío de la inseguridad y la violencia. La Guardia Nacional quedará, pues, expresamente encargada de prevenir y combatir el delito en todo el territorio nacional y estará dotada de la disciplina, la jerarquía y el escalafón propios de las Fuerzas Armadas. Los elementos de la Guardia Nacional contarán con prestaciones semejantes a los de las instituciones castrenses.