Después de la intervención parcial del Juego de Pelota de Uxmal a cargo de Alberto Ruz, pasaron alrededor de 20 años para que nuevamente, en 1977, el arqueólogo Rubén Maldonado restaurara de manera integral el mismo edificio.

El proyecto se fundamentó a partir de un diagnóstico general, en el que se plantea la necesidad de realizar una restauración total y lograr la estabilidad del edificio.

De manera detallada, Maldonado señala que las piedras de recubrimiento del muro se habían desplomado, lo que propiciaba el desplome del núcleo de los muros de contención.

El edificio este era el más afectado, ya que casi la mitad se había desplomado hacia el sector norte. El edificio oeste tenía una grieta enorme hacia el costado sur y era tan grave el deterioro que amenazaba con desplomarse.

En la parte superior de cada cuerpo yacía el desplome de los edificios superiores cuyo peso y presión estaban originado una serie de grietas en los muros y en los núcleos de los inmuebles.

Otro aspecto que me parece interesante es la claridad del planteamiento de Maldonado, ya que la preservación tenía un sentido: el de devolver la unidad arquitectónica al edificio respetando la autenticidad. El objetivo de la restauración fue el de aumentar la resistencia y la duración del monumento aplicando el criterio de anastilosis y la mínima integración de lagunas.

También es de suma relevancia que durante las exploraciones del Juego de Pelota se retiró totalmente el escombro de las estructuras, pero de manera sistemática y utilizando una retícula general y un sistema de coordenadas.

Entre los criterios de restauración que se practicaron estuvieron principalmente la consolidación, la liberación, la reintegración y en un grado ínfimo la reconstrucción.

También se señala que las labores de restauración se enfocaron a la consolidación de los núcleos exteriores que dan soporte a las piedras de recubrimiento y la restauración general de las banquetas para frenar los empujes del cuerpo superior del edificio; estas acciones evitan la aparición de más grietas y frenan los derrumbes.

La exploración sistemática del edificio, así como la retícula y el sistema de coordenadas que se estableció para el control de la exploración permitieron recuperar los datos suficientes para reintegrar los elementos originales.