José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Las estadísticas nacionales indican como primera causa de muerte a la diabetes, pero la mayor parte de pacientes con esta enfermedad fallece generalmente por infarto al miocardio, señaló Rubén Yza Villanueva, secretario académico de la Sociedad Yucateca de Cardiología.

“La reanimación cardiopulmonar es una técnica que se utiliza para las personas que sufren de paro cardiaco, y consiste en dar compresiones en el centro del tórax de la víctima en tanto llegan los servicios médicos de urgencias, con cada compresión se bombea sangre a todos los órganos, lo que puede ayudar a la persona a sobrevivir”, explicó el técnico en Urgencias Médicas, Juan Alberto Cortázar Vivas.

El procedimiento de emergencia se utiliza cuando la persona ha dejado de respirar o el corazón ha cesado de palpitar, lo cual puede suceder después de una descarga eléctrica, un ataque cardíaco o ahogamiento.

El entrevistado comentó que es necesario que quien proporcione la RCP utilice sólo las manos. En el caso de los niños, se recomienda administrar 30 compresiones seguidas de dos ventilaciones boca a boca. La persona que da la RCP se debe alternar con otra persona cada dos minutos.

“Un punto importante que la población civil debe conocer es que un ataque cardíaco y un paro cardíaco son cosas diferentes. En el caso del primero, es un problema de circulación en el corazón y se da por una obstrucción de una arteria. Si no se desbloquea la arteria, una parte del tejido muere, que es a lo que le llamamos un infarto”, detalló el especialista.

En el caso de un paro cardíaco, el paramédico explicó que también se le conoce como muerte cardíaca súbita, que es la muerte que sobreviene cuando el corazón deja de funcionar adecuadamente de forma repentina. La mayoría de las veces esta situación es causada por ritmos anormales o irregulares en el corazón que reciben el nombre de arritmias.

“El paro cardíaco se da cuando el corazón ha dejado de latir inesperadamente y los órganos no reciben sangre rica en oxígeno. Entre los órganos más sensibles están el cerebro y corazón mismo”, indicó Cortázar Vivas.

Mencionó que se estima que cada minuto que el corazón está detenido se pierde la probabilidad de supervivencia de entre un siete y 10 por ciento, dejando un margen menor a 10 minutos para iniciar la RCP y el uso de un desfibrilador.