Iglesia alza la voz a favor de los pobres desde Colombia

Mons. Rodríguez Vega señala que no se puede postergar la defensa de los humildes. Van contra la cultura anti-vida.

|
Fotografía de la participación del Arzobispo de Yucatán en el Seminario 'Una Iglesia en salida, pobre para los pobre', se realiza en Bogotá, Colombia. (Milenio Novedades)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jorge Euán/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En el penúltimo día de actividades del Seminario “Una Iglesia en salida, pobre para los pobre”, que organiza el Consejo Episcopal Latinoamericano, que se celebra en Colombia, Mons. Rodríguez Vega, Arzobispo de Yucatán, aseguró que la cultura anti-vida no podía quedar fuera al mirar la realidad actual, “pues entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos”.

Subrayó que el Papa nuevamente recuerda la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana; por eso mismo el servicio de la caridad es también una misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia esencia.

Añadió que la conversión cristiana exija revisar especialmente todo lo que pertenece al orden social y a la obtención del bien común, por tanto nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta  de las personas, sin influencia alguna en la vida  social y nacional, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos”.

“En efecto, la Iglesia debe hacerse presente y acompañar a quienes sufren, a los que lloran, a los que nada tiene, a los últimos, los rechazados y olvidados. Algunas de estas dramáticas situaciones exigen respuestas asistenciales, inmediatas, que no pueden esperar: dar de comer, vestir, consolar, acompañar al buen morir, hospedar, refugiar, atender damnificados, re construir casas, escuelas y hospitales”, señaló.

“Definitivamente, los pobres no pueden esperar. Más allá de la comodidad cómplice, de encerrarnos en ritos, solemnidades, de manos levantadas al cielo y ojos cerrados, sin compromiso con los hermanos y hermanas; lejos de lujos, prestigio y poder, la Alegría del Evangelio debe nacer de un camino de auténtica conversión”, sentenció Monseñor.

Necesario decir no a la economía excluyente

Por otro lado, ante obispos, laicos y representantes de pastorales sociales de Cáritas, reunidos en Bogotá, Colombia, el Arzobispo de Yucatán, Mons. Gustavo Rodríguez Vega, precisó que para la Iglesia es inviolable dignidad de los pobres porque “es en los excluidos donde la dignidad se ve más maltratada, de allí la impostergable tarea de contribuir a la promoción y defensa de los Derechos Humanos y a la construcción de una sociedad más justa”.

 “Hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la inequidad; hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil; y como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin  trabajo, sin horizontes, sin salida”, indicó durante su ponencia, como presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad, del Consejo Episcopal de Latinoamérica.

Señaló que Francisco, voz de Dios y voz del pueblo empobrecido, “denuncia que el crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone, requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso”.

“En defensa de quienes viven al margen del progreso y del bienestar  apunta con dolor: se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del Descarte”, comentó.

Mons. Rodríguez Vega destacó la denuncia de Papa contra el libre mercado, el cual provoca la mayor equidad e inclusión social en el mundo porque expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante.

“Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común”, manifestó.

Francisco, recalcó, continúa con su mirada a la realidad actual destacando la importancia de la ética en el ejercicio de la economía y la política porque en definitiva, la ética lleva a un Dios que espera.m

Lo más leído

skeleton





skeleton