La X’tabay se aparece en Chiapas

Varios de los seres de las leyendas de Yucatán tiene una ‘representación’ en las historias del Estado del Sur-Sureste de México.

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De acuerdo con el testimonio de un yucateco avencindado en Chiapas, las leyendas de ese estado del Sur-Sureste tienen mucha similitud con las de la zona de maya de Yucatán. Aquí se llama X'tabay a la misma mujer que en Chiapas se conoce como La Yegualcíhuatl. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En días pasados recibimos un correo electrónico de Manuel  Canché Talavera, quien radica en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pero que tiene sangre yucateca.

“Tengo 24 años de edad y aunque nací en Chiapas, se podría decir que tengo sangre yucateca, ya que mi papá y mi mamá nacieron en Tunkás e Izamal, respectivamente, y vinieron a radicar hasta aquí porque le dieron una oportunidad de trabajo, justo al año que nací y ya nos quedamos en esta zona”.

“Sin embargo, desde que tengo uso de razón viajamos al menos una vez al año a Yucatán a pasar las vacaciones con nuestros abuelos, y siempre me han maravillado las historias y leyendas mayas que nos han platicado, como de la xtabay, huaychivo, los aluxes y muchas más; de hecho, las historias las platicaba en mi escuela en San Cristóbal de las Casas y mis compañeros quedaban fascinados”.

“Mis abuelos compran a diario el periódico y me guardan los recortes, es así como me he podido enterar de más y más leyendas yucatecas, aunque también las veo en Sipse.com, pero la sugerencia que quería hacer o la aportación si se puede llamar así es que hablen de las leyendas de Chiapas, pues he recopilado unos datos interesantes para la gente de Yucatán y la península.

Espero sean de su agrado y las puedan publicar algún día, pues si bien es cierto no son leyendas mayas, si son leyendas de este precioso estado que es Chiapas y que tiene cosas en común con el sureste.

Yegualcíhuatl y otras                        

La Yegualcíhuatl es una mujer muy bella, vestida de blanco y con muchas alhajas de oro. Tiene la facultad de aparecer a los ojos del hombre que la mira con el tipo y aspecto de la mujer que a éste le agrada o de quien se encuentra enamorado.

Únicamente atrae a los hombres y los conduce hasta hacerlos llegar a pantanos en los que siempre perecen. Los atrae llamándolos y haciéndoles señas de que se acerquen a ella, pero siempre ocurre que, cuando el hombre trata de caminar hacia la Yegualcíhuatl, ésta se aleja insistiendo en sus llamadas hasta conducirlo a las ciénagas.

En algunas ocasiones ha ofrecido parte de sus alhajas a su probable víctima. Se considera que uno de sus lugares predilectos es la Laguna de Chapultepec, que se encuentra en las inmediaciones de San Cristóbal. (Este caso tiene similitudes con la Xtabay).

El “Negro” es un ser pequeño. Le suponen una estatura de aproximadamente 40 centímetros, muchas veces jinetea a las cabalgaduras que encuentra en el campo, tal cosa se conoce por las carreras de caballos que se oyen en altas horas de la noche.

 Este ser imaginario va montado en el pescuezo del corcel y, como no usa montura, utiliza las crines del animal, formando con ellas sus estribos al enredar dichas crines o bien al unirlas desordenadamente por medio de semillas erizadas de pequeñas puntas, que se conocen con el nombre de “mosate”.

La Yegualcíhuatl tiene el don de aparecer a los ojos del hombre y los pierde en zonas pantanosas para matarlos

 El “Negro” durante la noche saca las mulas de los potreros cercanos a San Cristóbal y las extravía en los montes y lugares apartados. (Algo similar hacen los aluxes con las crines del caballo, o Juan Tuul al sacar al ganado de sus corrales).

Los “Yalám-Bequet” siempre vagan por las noches y son mujeres desprovistas de su envoltura carnal; es decir, son esqueletos de cuerpos femeninos que, haciendo un ruido de huesos que chocan, vuelan por las noches, produciendo el consiguiente asombro y temor a los humanos

“Yalam bequet significa en lengua tzotzil: baja carne. Estos seres, según la opinión popular, tienen la particularidad de una vida limitada, equivalente a los años que les habrían correspondido en la tierra. (Esta historia es muy parecida a la de “la huesuda” maya).

El “Cadejo” es un animal parecido a un perro, pero de mayor tamaño. Tiene crines como caballo y de los ojos y la boca le salen chispas. Este ser maligno busca exclusivamente a los borrachos y a personas que no son verdaderamente católicas.

Se les presenta con ese aspecto terrorífico que le dan su cuerpo y las chispas que arroja. Hasta hoy, ninguno de los que ha tenido en su presencia este ser ha sobrevivido, pues se le considera como la encarnación del diablo.

El “Duende” es un ser con apariencia humana y que lo mismo hace su aparición en el día que en la noche. Su traje es como el de un indígena y consiste en pantalón y camisa de manta, un pequeño cotón y un sombrero de petate. Tiene la particularidad de que se presenta únicamente en las casas de prostitución o donde hay libros de magia negra.

Nunca penetra en las casas de las personas que llevan vida cristiana, al entrar en una casa se dirige inmediatamente a la cocina y se mea en los trastos donde se está guisando, para en seguida arrojarlos al suelo. La forma de ahuyentarlo es cantar con voz fuerte y por tres veces seguidas el Ave María.

El “Sombrerón” vive en la cueva de un cerro inmediato al pueblecillo de San Felipe, a cinco kilómetros de San Cristóbal. Comparte su morada con otros seres maléficos, en especial naguales.

Es creencia generalizada que el “Sombrerón” sale a secuestrar a los ebrios que no han pagado sus deudas, los toma por la cintura, los carga y junto con su víctima va a la cueva y se precipita en un pozo que al parecer no tiene fondo.

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