Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Como prueba de que el ambiente de violencia que se vive en México no detiene la creación literaria, la escritora Mónica Lavín presentó su libro “Doble filo”, gestado en un cuarto de hotel, donde junto con otros escritores estaban enclaustrados por la inseguridad que se vivía en ese momento en Ciudad Juárez, Chihuahua. 

La historia aborda el dolor del primer desamor y fue presentada en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán 2015 en el salón “José Emilio Pacheco”. 

El encierro en ese momento fue productivo y significó una señal: no hay que detener la actividad creativa, especialmente en los estados considerados en conflicto, porque ha comprobado que incluso en los sitios más peligrosos se realizan encuentros de literatura y presentaciones de libros a los que la gente asiste, por amor al arte, “y en protesta de vivir su contexto, porque son más lo que desean una vida tranquila, que los que infunden miedo”. 

“Todo salió por un reto en Ciudad Juárez, en un encuentro de escritores, y por la situación que se vivía, no podíamos salir del hotel, estábamos prácticamente atrapados, y en las largas sobremesas, comenzamos hablar de la novela corta y nos propusimos incursionar en este género”, recordó.

Indicó que esta situación fue hace cinco años, “el lugar estaba desolado y desde entonces pensaba que no hay que evitar estos lugares, porque hay que llevar la posibilidad de vivir a través de los libros y la imaginación, para devolverles la dignidad”, apuntó. 

Después desarrollarse en el terreno del cuento y la novela histórica, la escritora Mónica Lavín apuesta en su nuevo libro por la novela corta, con un tema que, confiesa, siempre había querido abordar: la primera ruptura, porque en otros trabajos, también escribió sobre las primera veces de otras vivencias. 

“Antonia, la protagonistas, experimenta su primera ruptura amorosa y luego de dos años de vivir con ese dolor, quiere olvidar y consulta con una mujer, una especie de bruja, que le pide que le cuente la historia para poderla ayudar, y solo el contarla  comienza la propia terapia, en la que mientras Antonia revela los detalles, la otra idea soluciones ocurrentes, físicas”, apuntó Lavín.

Destacó que  en la retroalimentación con los lectores, le han comentado que se sienten igual que la protagonista, en el diván, o el lugar donde destejen su experiencia porque también buscan olvidar.