Deformidad del pie con 'arco grande' es hereditario

El mal se verifica con la huella del pie que no se marca en la parte central de la planta ni de los dedos.

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El pie cavo puede ser detectado desde temprana edad. (Milenio Novedades)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El diagnóstico de pie cavo se refiere a una deformidad del pie que consiste en una elevación anómala de la bóveda de la planta.

Los dedos pueden quedarse agarrotados o flexionados hacia dentro, lo que disminuye el tamaño del mismo, informó José Hernández López, especialista en Ortopedia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Yucatán. 

Para identificarlo, se verifica que la huella del pie no se marca en la parte central de la planta, ni de los dedos. En los casos más leves de pie cavo, madres y padres suelen detectarlo cuando las y los niños caminan con mayor facilidad, esto sería aproximadamente a los tres o cuatro años de edad, y observan las huellas que dejan en la playa o piso, así como un mayor desgaste en la parte posterior de la suela del zapato.

Se cree que en un aproximado del 80 por ciento de los casos, este padecimiento es hereditario. Por otro lado, el pie cavo podría deberse a una enfermedad neurológica, por lo que es vital que la o el especialista realice un diagnóstico. 

El pie cavo es bastante frecuente en la población, aunque en sus formas más leves. En estos casos de pie ligeramente cavo no necesariamente se debe recibir un tratamiento específico, siempre y cuando los síntomas no ocasionen mayores molestias ni dificulten el caminar.

A veces, las personas notan este padecimiento ya que tiene dificultad para encontrar un calzado adecuado porque no le entra el empeine. 

Los síntomas del pie cavo son dolor en las almohadillas de la planta de los dedos y en el talón al apoyar; durezas que causan dolor en las zonas de mayor apoyo, dedos que parecen estar en forma de garra, tendinitis (inflamación de los tendones), además de dificultades para permanecer de pie sin moverse.

Al presentar los síntomas mencionados, el especialista determinará el tratamiento más adecuado, este puede ser con ejercicios específicos o calzado ortopédico (plantillas). El tratamiento también puede ser quirúrgico en casos graves. 

Por último, se recomienda a la población en general, el uso de zapatos cómodos, flexibles y anchos, sobre todo en la punta de los dedos, para permitir la movilidad de los mismos.

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