MÉRIDA, Yuc.- La inhalación de humo producido por la pirotecnia utilizada de manera masiva en la celebración de Año Nuevo, no sólo es nociva para el medio ambiente sino también para la salud, ya que puede provocar infecciones respiratorias severas y hasta broncoespasmos (obstrucción de las vías respiratorias).

“La pólvora es una sustancia explosiva, combustible y contaminante, nociva para el medioambiente y para la salud, además de que su poder explosivo genera ruidos, lo cual podríamos percibir mejor si conociéramos la cantidad de personas afectadas por la contaminación acústica y con padecimientos respiratorios y alergias”, aseveró Jacinto Herrera León, director del Hospital General Regional No. 1 “Lic. Ignacio García Téllez” del IMSS en Yucatán.

Explicó que la investigación toxicológica ha demostrado que muchas de las partículas metalíferas que lleva el humo que despiden las “bombitas”, petardos y demás son biorreactivas, pueden afectar la salud humana y probablemente los efectos son más agudos en personas con antecedentes de asma o problemas cardiovasculares.

“Las emanaciones que producen el reventar, por ejemplo, los muñecos del “año viejo”, a los que incluso se les ponen llantas, son gases tóxicos que irritan la mucosa de las vías respiratorias haciendo más propicio un ambiente especial para que proliferen las bacterias y se produzca una infección que en pacientes asmáticos puede ser severa”, advirtió Herrera León.

Afecciones

Después de las explosiones de pirotecnia, el aire queda con un olor penetrante y humo cargado de cenizas y partículas que mediante la respiración se alojan en los pulmones, las cuales afectan principalmente a personas con problemas respiratorios, como bronquitis, asma, rinitis.

Puede producir alergias, cansancio, tos. Cuando el humo se adhiere a los pulmones queda como el techo de las casas donde se cocina con leña.

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El dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno generados por la pólvora también tienen su efecto en el medioambiente, ya que provocan la lluvia ácida, que afecta las fuentes de agua, la flora y fauna acuáticas.

Otro de los derivados de la pólvora es el dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global.