Víctor Hugo Lizama/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- La semana pasada recibimos a un grupo de visitantes de Australia en el poblado de Homún. Entre estos viajeros había un chef llamado Peter que se encargaba del grupo compartiendo sus conocimientos culinarios y a la vez enterándose de nuevas recetas de nuestra región.

Salieron de Campeche y después de tres horas llegaron a Homún, donde se les recibió con unos salbutes y refrescos de limón, jamaica y horchata. Peter nos sorprendió diciendo que el prepara salbutes ahí en la lejana Australia.

Después del refrigerio nos dirigimos al cenote “Balmil” a darles la mejor de las bienvenidas con  una ceremonia llamada “Jets  Lu´um”. Se inició con la preparación del horno donde se cocinarían unos exquisitos pibes de sólo masa y pepita molida de calabaza, labor que corresponde a los varones dirigidos por el H-men Don Beto, del pueblo de Cuzamá. 

La leña que se utilizó fue principalmente de jabín y catzín. Mientras tanto las mujeres se encargaban de cocinar seis gallinas y dos pavos. Cuando el calor ya estaba en su punto don Beto empezó su ceremonia arrojando sal al fuego y sobre unas varas se asentaron los pibes envueltos con la tradicional hoja de plátano y amarrados con la fibra de henequén que se extrajo en el momento impactando algunas pencas en unas rocas para retirar la savia de la fibra, se exprime pues la savia causa comezón en la piel.. Todo se cubrió con abundantes hojas de roble y luego se cubrió todo con tierra procurando que haya fugas para que el fuego haga bien su trabajo, y al cabo de una hora y media ya se sacaron los pibes para pasar a hacerlos “yaach” (desmenuzarlos) y meterlos a la olla donde se guisaron las aves.

Los pollos y pavos también se desmenuzaron y todo ya listo para que australianos y paisanos degustaran de esta comida. Una señora, Doña Anita, con su amena plática nos enseñó un fruto que se llama x´manzanaché que fue el mejor postre que pudimos tener.

La textura es verdaderamente parecida a las manzanas, las frutas prohibidas del paraíso, y de igual manera el sabor muy dulce. Doña Anita nos regaló la única información acerca del uso de estos deliciosos frutos y nos dijo que es eficiente para el dolor de estómago, hirviendo los frutitos en un litro de agua y luego ingerirlo como agua de tiempo. 

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