Policías de Yucatán viven encuentro cercano con el demonio

Un hombre poseído deja fríos a dos uniformados de la SSP con extrañas revelaciones en el interior de la patrulla.

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Varios han sido los agentes policiales que han compartido con Enigmas los sorprendentes casos paranormales que han vivido. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- La semana pasada entrevisté a un agente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Yucatán, quien dijo ser asiduo lector de esta sección, en especial los sábados, cuando tocamos el tema afin con su profesión de guardián del orden.

'Luis' se comunicó vía telefónica, quería platicarme de una experiencia paranormal que vivió hace un par de años y que, a su juicio, fue más que impactante:

“He seguido con detalle las publicaciones de los casos de mis compañeros y déjenme decirles que a mí me pasó algo igual, o más terrorífico, pues viajé con el demonio por 20 minutos. Déjenme explicarlo.

“Hace poco más de dos años patrullábamos por una colonia del norte de Mérida y recibimos en la radio un reporte sobre un disturbio que estaba ocurriendo en una casa del rumbo de la colonia Díaz Ordaz, entonces nos trasladamos para allá.

“Cuando llegamos a la dirección que nos dieron, escuchamos gritos y que varias cosas eran aventadas en la sala de ese domicilio, por lo que pensamos que era un caso clásico de un familiar tomado o drogado.

“Ya nos esperaba afuera una señora de unos 55 años de edad, quien brevemente nos dijo que su hijo (de 31) estaba como poseído, ya que decía que era el demonio y aventaba todas las cosas del interior de la casa sin una razón aparente, insultaba, gritaba, en fin, estaba muy agresivo.

"La señora aclaró que su hijo no estaba tomado y que, según ella, no ingería ningún estimulante, era la primera vez que le ocurría y que tampoco padecía alguna enfermedad como esquizofrenia o paranoia que justificara su comportamiento:

“Con el permiso de la señora para ingresar a su casa, procedimos a agarrar al sujeto. Éramos dos agentes y aunque pensamos que se pondría muy agresivo y se nos dificultaría inmovilizarlo, él no opuso tanta resistencia y fue relativamente fácil contenerlo y meterlo a la camioneta, que en ese entonces ya había llegado.

Los deja fríos el 'endemoniado' 

“A mí tocó ir con él en la camioneta, desde que lo agarramos en la sala solo se nos quedaba viendo de una forma diabólica, como de burla, de hecho confirmamos que no tenía una gota de alcohol, pues su aliento al menos no lo denotaba, pero a partir de ese momento comenzó la pesadilla para mi”, explicó.

“Mientras nos íbamos en camino para encarcelarlo, solo se me quedaba viendo hasta que me llamó por mi nombre y me dijo 'cuida a tu familia'.

Yo le respondí ¿Qué te pasa, me estás amenazando? Ya que a eso me había sonado y después me dijo con una voz ronca y muy diferente a la que le habíamos escuchado cuando llegamos a su casa:

“'Tu hija menor se va a enfermar de nuevo y tu abuela va a morir, ya'.

"¿Por qué me dices eso... me conoces? Le pregunté... y él respondió.

“'Soy el demonio y soy dueño y señor, no juegues conmigo porque estás por sufrir mucho'.

"En eso, mi compañero le dio un macanazo en la cabeza para que se callara, es cierto que no le dio tan duro, pero el detenido ni se inmuto ni hizo por sobarse, simplemente, lo viró a ver y le dijo: 'tu exesposa ahora se está acostando con otro, jajajaja... nunca tendrás hijos'.

¿Coincidiencias?

"Cuando llegamos a nuestro destino nos bajamos y procedimos con el papeleo, hasta ese momento no le di tanta importancia al asunto, pero, al día siguiente por la mañana, mi hija recayó de su bronquitis y tuvimos que hospitalizarla, como ya había pasado otras veces y por la noche, mi abuela, quien en lo que cabe estaba saludable ¡falleció de un infarto!

"Fue cuando recordé lo que dijo ese fulano, que mi hija 'recaería de nuevo' (¿como sabría que había estado enferma antes?) y luego la muerte de mi abuela.

"Lo traumático vino una semana después, cuando hablé con mi compañero –el que le dio el macanazo- y me dijo algo que me dejó de a 'cuatro', pues me confesó que un par de meses antes se había separado de su esposa porque, en efecto, le había descubierto una infidelidad.

"Esto último no se lo había dicho a nadie en la Secretaría ni a ningún compañero, me lo había confiado porque estaba intrigado por la forma en que se lo dijo el detenido y lo peor del caso, también, meses antes se había enterado, después de que se hiciera varios estudios, que no podía tener hijos. Yo le platiqué lo que pasó con mi hija y mi abuela y vaya que nos espantamos.

"Lo poco que pudimos averiguar de ese fulano fue que en los exámenes toxicológicos no se le detectó droga alguna, es decir, estaba, en lo que cabe, en sus cinco sentidos. 

“Creo que, sin darle vueltas al asunto en verdad, aquella tarde estuvimos y hablamos con el mismísimo demonio”, finalizó.

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