Celia Franco/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En menos de dos años, el restaurante “Manjar Blanco”, ubicado en la calle 47 entre 58 y 60 del centro de la ciudad, ha sido visitado por los amigos de lo ajeno por novena ocasión. El lunes por la noche fue el más reciente.

Como los cuerpos policiacos, tanto municipal como estatal, así como de la Fiscalía General, no han podido dar con los ladrones y las investigaciones no dan resultados, los ladrones regresan cuando quieren a ese restaurante.

En la más reciente ocasión, primero quitaron las bisagras de la puerta trasera, luego quisieron abrir la segunda puerta, que conecta la cocina con el resto del restaurante, pero no pudieron porque pesa cerca de una tonelada y además tiene una cerradura doble y estaba asegurada con una tranca.

Los amigos de lo ajeno no se quedaron con las ganas y subieron al techo, ahí  encontraron un tragaluz y no les importó que estuviera protegido, pues se tomaron su tiempo para romper los barrotes con una segueta y después de hacerlo también rompieron el concreto del techo para agrandar el orificio y meterse al local por ese espacio.

Cuando se asomaron y vieron que eran casi cuatro metros los que tenía que bajar y luego subir con las cosas que se robarían, decidieron mejor no hacerlo.

“No es posible que los rateros se hayan tomado su tiempo, hayan hecho ruido y nadie los viera. ¿Qué pasó? En ambos lados de la calle hay cámaras, nos dijeron que son infrarrojas y que con ella ya íbamos a poder dormir tranquilos, ¿Sabe que es lo que pasa? ¡Que esta ciudad esta acéfala!”, dijo doña Mirna Peraza Rivero, dueña del Manjar Blanco.