Por ser mujer

¿Con quién se sienta uno a llorar por tu muerte, pequeña?...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Por María San Felipe:

¿Con quién se sienta uno a llorar por tu muerte, pequeña?

¿Con quién si yo estoy aquí sola, en la noche, ahogada en llanto y ni siquiera puedo comprender mi propio dolor, ni compartirlo con alguien?... Sería absurdo, pues ¿quién eres tú en mi vida? 

No eres nada mío, no te conocí, nunca te vi y no sé qué juegos te gustaban, con qué soñabas, qué cosas te hacían sonreír, a qué le tenías miedo. Pero seguro, pequeñita, seguro que tenías sonrisa de luna, seguro ojitos de arcoiris y voz de caracola.

Ojitos brillosos como brilla la vida que empieza en la alborada, como se tiñe de algodón de azúcar el cielo por la tarde, antes de irse el sol como se fue tu risa, absurdamente ensordecida, tu risa pequeñita, como tú, estúpidamente apagada tu luz, lastimosamente herida tu alma, tu cuerpo, ... y eres mía, porque me dueles, porque eres de todos nosotros, porque desde que supe de tu muerte sólo hay pesar en mi corazón y en mi ser, porque no he podido volver a sonreír ni con la risa de mi propio hijo.

Perdónanos niña, perdóname a mí, perdona a mis paisanos, a mi presidente, a mi gente, perdónanos y descansa pequeñita, llena de gracia como tu nombre.

Que un carrusel de colores te lleve dulcemente a tu última morada, tarareando una canción de cuna por ángeles cantada; este infierno en que nos quedamos no era para ti, no es para ningún ser que ha nacido para florecer y han arrancado de esta vida, como a ti, solo por ser mujer.

Lo más leído

skeleton





skeleton