Preocupantes dislates del presidente electo

De inquietantes por lo menos se pueden calificar las más recientes expresiones...

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De inquietantes por lo menos se pueden calificar las más recientes expresiones del presidente electo Andrés López Obrador, cuya última ocurrencia fue decir que México es un país en bancarrota, lo que de inmediato desató reacciones en contra, sobre todo de los capitanes del sector privado.

Suponiendo sin conceder que efectivamente nuestra nación esté en bancarrota, es decir, en una grave situación económica en la que no cuenta con dinero suficiente para afrontar sus obligaciones, quien menos debería salir a sembrar alarma y dudas es el presidente de la República (así sea el electo).

Con todo lo reacio que es a aceptar sus errores y metidas de pata, López Obrador trató de salir al paso de quienes se preocuparon por su bancarrota, y aclaró que lo que quiso decir fue que México está en crisis, en muchas crisis, sobre todo de violencia, inseguridad, y pobreza y pobreza extrema. Otra vez nadie quedó contento.

Lo peor de las declaraciones y la conducta de López es que genera muy malos augurios, y evidencia que es reacio a reconocer sus errores, pues en este incidente de la bancarrota censuró de nuevo a los medios de comunicación “fifís” (su manera despectiva de referirse a quienes no están de acuerdo con él). El negativo rasgo es más evidente si unimos el asunto de la bancarrota a su previo señalamiento de que si se presenta una devaluación o algún problema grave de la economía la culpa no será de él o sus colaboradores, sino del Banco de México.

Quisiera uno estar equivocado cuando hay que expresar malos augurios, pero es muy difícil no preocuparse por lo que pasará a partir del 1 de diciembre, cuando López Obrador ya esté en posesión del más alto cargo del país. Muchos esperábamos, y aún lo esperamos, que se comporte de manera más sensata, y sea más prudente a la hora de hablar, pero las dudas de que pueda hacerlo crecen cada vez más.

Hasta ahora todos le estamos dando a López Obrador el beneficio de la duda, pero esa consideración tendrá que acabar, y él tiene que demostrar que de verdad quiere un México mejor, tal vez no la Disneylandia que dijo el infumable priista René Juárez Cisneros aprovechando los dislates de don Andrés, pero sí un México mejor, que no sea como el de ahora, en el que pueden matar a cualquier persona y nada más pasa, ¿verdad Jalisco y Veracruz?

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