'La vida siempre invita a levantarse y pedir ayuda'

Un emotivo e inspirador testimonio compartió el escritor y conferencista Jorge Font Ramírez durante el programa Salvemos Una Vida.

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El escritor y conferencista Jorge Font Ramírez dijo que tuvo la suerte de estar rodeado de amigos y familiares que le indicaron con su apoyo el camino a seguir para su rehabilitación. (Milenio Novedades)
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José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- El escritor y conferencista Jorge Font Ramírez compartió con el auditorio del programa Salvemos una vida, que se transmite todos los viernes por AMOR 100.1 FM, su emotivo testimonio de vida desde el punto de vista de la discapacidad. 

Luego de ser presentado por Alis García, el director de Filosofía Institucional de la Fundación Teletón comentó que su entrada al mundo de la discapacidad se dio como entran casi todos: sin invitación y de sorpresa.

“Llevaba una vida ‘normal’. Practicaba esquí acuático desde niño y en marzo de 1988 sufrí una caída. Me pegué contra la orilla de un lago, me rompí el cuello y desde ese entonces no puedo mover desde el pecho hasta los pies y tengo una cuadriplejía que limita el movimiento de mis manos, muevo los brazos y ando en silla de ruedas”, explicó.

Agregó que en su carrera había acumulado varios campeonatos y se lesionó precisamente para un campeonato latinoamericano que se celebraría en Argentina. 

“Pasé de ser un joven de 19 años que hace lo que quiere a ser una persona que depende de otros para lo más elemental, como vestirse, ir al baño y comer. Además tuve que aprender a hacer todo eso de la manera más independiente posible. Esta es la parte de rehabilitación física, lo que se ve a simple vista pero creo que lo más complicado, desafiante y lo que deja mayor enseñanza, es lo que no se ve a simple vista”, expresó. 

Font Ramírez comentó que al recibir la noticia que tenía el 99 por ciento de probabilidades de no volver a caminar pensó que eso no era cierto y entró en una etapa de negación.

“La negación en un principio es muy útil porque te amortigua una noticia que no es agradable ni buena ni bonita. Así comencé mi rehabilitación, pensando que todo era cuestión de echarle ganas y que el asunto iba a caminar. Es un proceso gradual, yo me caí en marzo de 1988 y con el paso del tiempo me fueron ‘cayendo veintes’ poco a poco. Eso se da cuando ves que vas avanzando poco a poco en algunos músculos, pero al mismo tiempo te das cuenta que otros no responden”, explicó Jorge Font, quien es maestro en Desarrollo Humano por la Universidad Iberoamericana.

El invitado contó que en ese proceso hubo días buenos y malos, y que mucho tiempo después aún lloraba por situaciones que le ocurrían en la vida cotidiana.

“Me parece que lo más importante no es tan evidente, es una ventaja tener una lesión medular y andar en silla de ruedas, porque tienes un desafío que se ve. Pero los que no se ven, son los más importantes. Como la soledad, la sensación de que la vida sigue y tú no estás en el río de la vida, sólo ves pasar a los demás. Y no se ve lo que se siente al asistir al funeral de la muerte de una parte de ti mismo que no volverá a ser y tampoco se ve lo que se siente tener que aprender este juego de palabras tan complicadas como “Sí, por favor” y “No, Gracias” y tener que pedir ayuda para cosas que hacías por ti solo y tener que poner límites a lo que puedes hacer y que no quieres que alguien haga por ti”, detalló Jorge Font.

El consultor y conferencista en Desarrollo Humano también dijo que tuvo la suerte de estar rodeado de amigos y familiares que le indicaron con su apoyo el camino a seguir para su rehabilitación.

“La mirada, el silencio y la presencia son tres cosas que no están de moda en este mundo y creo que son las que transforman la vida de las personas. Un amigo me preguntaba ¿De qué te agarraste cuando te caíste? Yo le respondí: no me agarré de nada, a mí me agarraron. Mi mayor fortaleza es mi vulnerabilidad y mi fragilidad. A mí, la vida me invitó a levantarme y pedir ayuda y descubrirme como parte de una familia. En mi casa mi nombre Jorge, suena como en ningún otro lado. La inclusión comienza de adentro hacia afuera, es decir desde la familia”, comentó. 

Alis García dijo que hay jóvenes que pasan por muchos problemas, tal vez no tan graves como los que Jorge Font vivió, y no necesitan una silla de ruedas para su cuerpo, pero sí para su alma y no saben cómo llevar la relación con su familia.

El invitado al programa mencionó que hay que ser muy cauto con las recomendaciones y sugerencias sobre todo cuando lo pasas mal.

“Muchas veces es muy fácil decirnos lo que tenemos que hacer, pero lo que más ayuda en la vida  es vivir las situaciones en primera persona. Si hay algún joven que nos está escuchado y lo está pasando mal, le decimos que tiene que aceptar que se siente mal, esto a veces nos da miedo. El miedo es una emoción bien poderosa y útil porque nos invita a levantar la mano y pedir ayuda. En mi experiencia personal, cuando lo haces, hay quien te agarra de la mano y te ayuda a salir adelante y no precisamente son los más cercanos. A veces la mejor lección que te da la vida es vivir páginas oscuras para descubrir los colores más hermosos que se pueden reflejar ahí”, expresó Font Ramírez. 

Alis García comentó que los padres no siempre se dan cuenta que los hijos sufren y tienen problemas graves porque en muchas ocasiones no son visibles. 

Jorge Font dijo que ser padre o madre es lo más complicado que existe en la vida y un desafío permanente y una gran vocación de amor. 

Agregó que con su hijo Pablo continua esquiando, lo que le llena como persona porque sigue haciendo lo que le gusta, a pesar de las limitaciones físicas.

Marilis Escalante preguntó a Jorge sobre los problemas que puede haber en la familia cuando uno de sus integrantes vive una situación de discapacidad como la que vivió el deportista.

“Aprendí que cuando te ‘rompes’ también lo hace quien te quiere. Es muy complicado encontrar a los pies de tu cama, la mirada de tus papás, hermanos o amigos porque te sientes culpable de, además de haberte lesionado, de romperle el corazón a tus seres queridos. Pero cuando te reconstruyes, ellos también lo hacen. La mejor manera de ayudar a otros es comenzar contigo. Si tú estás bien, ayudas a los que te quieren a compartir la alegría y crecimiento”, expresó. 

“Estoy rodeado de amigos que me contaron un cuento diferente. En lugar de contarme el cuento de que ‘vivió atado a una silla de ruedas’, me contaron el cuento de que mi vida marcha sobre ruedas y me lo creí, tanto así que tuve la oportunidad de estudiar una maestría y hoy trabajo como consultor rodeado de amigos, haciendo lo que me gusta”, apuntó. 

“He recibido lo que nunca pensé de personas que estaban cerca de mí en momentos importantes y estoy muy agradecido por eso. Hoy agradezco la invitación a este programa que es maravilloso porque es una ‘epidemia de vida, de alegría, esperanza y que vale la pena vivir’, concluyó Jorge Font Ramírez.

Trayectoria

  • Jorge Font comenzó a practicar el esquí acuático a la edad de siete años. A los once años compitió por primera ocasión en la modalidad de figuras. Rompió el récord nacional y latinoamericano de figuras en 1983, 1984, 1986 y 1987. Representó a su país en el Campeonato Mundial, en Londres 1987, logrando clasificar a la ronda final en séptimo lugar. El 8 de marzo de 1988 tuvo un accidente deportivo que le provocó una parálisis permanente desde el pecho hasta los pies.
  • Como deportista con discapacidad, ha sido 8 veces campeón del mundo, ha implantado 4 veces el récord mundial en la modalidad de figuras y 7 veces campeón del mundo en la modalidad de slalom.

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