¡Aguas! Caerán más lluvias en Yucatán (fotos)

El sábado Mérida vivió una caótica jornada de inundaciones y embotellamientos por la intensa tormenta.

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Para este domingo se espera que siga lloviendo en el estado. (Milenio Novedades)
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José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Una fuerte lluvia trastocó ayer en la tarde las actividades cotidianas de los meridanos en el Centro Histórico de la ciudad y causó un caos vial que rebasó la capacidad de semáforos y agentes de crucero, complicando las primeras compras de útiles escolares.

Como habíamos anticipado, de acuerdo con la Conagua, para hoy se esperan lluvias como consecuencia de una vaguada asociada a la onda tropical número 21. Las temperaturas oscilarán entre los 24 y los 33 grados, con cielo parcialmente nublado.

El aguacero sabatino afectó las actividades de miles de meridanos y visitantes debido al congestionamiento vial y encharcamientos de calles y aceras. La Conagua registró una precipitación de 3.5 milímetros, entre las cuatro y cinco de la tarde, acompañada de vientos del noreste de 41.4 kph. Varias calles del primer cuadro de la ciudad fueron rebasadas por el agua.

El tráfico vehicular se vio entorpecido por esta situación que retrasó la llegada de autobuses del transporte público a sus paraderos, con la consecuente aglomeración.

La precipitación se debió a una vaguada ubicada al oeste de la Península, asociada a la onda tropical número 21, que se ubicaba frente a las costas de Quintana Roo.

Baño en 'hora pico'

En la capital yucateca se observó a cientos de personas intentando refugiarse de la lluvia, cruzando descalzos las anegadas calles del Centro Histórico. La ola de padres de familia que acudió a papelerías se quedó varada en los establecimientos y en las aceras todos luchaban por mantenerse lo más pegados a la pared.

La precipitación bañó el Centro Histórico en una “hora pico”: la salida laboral de los turnos vespertinos y el ir y venir de los trabajadores que regresan a sus municipios. El enojo era más evidente en las personas que, en su afán de entrar o salir de un comercio, debían enfrentar una muralla humana que no se movía.

Los cientos de ambulantes que abarrotan las arterias meridanas contribuyeron al caos pues para salvar su mercancía del aguacero, apilaban sus huacales, cubetas y mercancía en las aceras y entradas de los comercios.

A vuelta de rueda

Pero quienes más sufrieron los estragos del aguacero fueron los conductores. El caos vial sabatino elevó los niveles de estrés en las personas que, al frente de un volante, avanzaron literalmente a vuelta de rueda tramos de 200 a 300 metros en 20 ó 25 minutos en el centro meridano.

La contaminación por ruido se sumó al caos vial. Los enojados conductores comenzaron a sonar las bocinas de sus vehículos en forma repetitiva, ante la impotencia de avanzar mientras veían hasta cuatro veces la luz verde de un mismo semáforo.

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