La familia es casi un valor absoluto: cónsul honorario de Francia

Mario Ancona Teigell asegura que trabajar en pro de algo que va más allá de ti siempre te hace mejor persona.

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'Si tenemos claro ese proyecto de hombre y de sociedad que buscamos siempre encontraremos el tiempo, la oportunidad y la manera para trabajar también para los demás, o más bien, con los demás', aseguró el Cónsul Honorario de Francia, Mario Ancona Teigell. (Amílcar Rodríguez/Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- “Desde muy joven tuve consciencia gracias a mi padre (Mario Ancona Ponce) de que formamos parte de un proyecto que va más allá de nosotros y que es la Humanidad, con H mayúscula”, es la reflexión y máxima de vida del ingeniero Mario Ancona Teigell, cónsul honorario de Francia, a quien desde su infancia le fue sembrada la semilla de la solidaridad y cultura del esfuerzo, para que sin importar la trinchera, el impacto social estuviera en la agenda de sus días.

Debido a su destacada labor en la atención a la comunidad francesa residente y visitante, así como en la promoción de la cultura de esta nación, en febrero pasado recibió la insignia de Caballero de la Orden Nacional del Mérito, otorgada por el gobierno del país galo, y entregada en Mérida por la embajadora de Francia en México, Maryse Bossière.

Ancona Teigell es ingeniero civil, empresario, académico, investigador, miembro del corporativo de medios Grupo SIPSE, coordinador del cuerpo consular en Yucatán, integrante del consejo de administración de la Alianza Francesa en Mérida, de prevención al delito,  así como de instituciones de educación superior, y en el plano altruista ha colaborado activamente en la fundación “Andrés García Lavín”, con la cual se encuentra en proceso para convertirla en Institución de Asistencia Privada.

Con esta organización, junto a don Andrés García Lavín (q.e.p.d.), fundador de Grupo SIPSE, desarrollaron proyectos para construir viviendas para los damnificados del Huracán “Isidoro” (2002). 

Caminos y vocación

“No soy bueno para dar consejos, sin embargo, pienso que nada de lo que hacemos es incompatible con la labor social. La cuestión es el sentido que le damos a lo que hacemos. El filósofo de Güemes dice que el que no sabe a dónde va, ya llegó. Si tenemos claro ese proyecto de hombre y de sociedad que buscamos, siempre encontraremos el tiempo, la oportunidad y la manera para trabajar también para los demás, o más bien, con los demás para lograr hacer de este planeta un hogar para todos”, abunda.

El interés por el servicio venía de casa, se desarrolló en el campo y se fortaleció con la práctica, la formación, la fe y la conciencia. Aunque nació en España, es mexicano y yucateco desde el inicio de su adolescencia.

“…Trabajé con jóvenes que tenían problemas de drogas, con campesinos en cooperativas de producción, en alfabetización-concientización, fui jefe de tropa de scouts, trabajé en grupos de apostolado… Fui muy inquieto en temas de lucha social y toma de conciencia. Luego la vida me fue dando oportunidades de seguir trabajando en ese proyecto de una sociedad más justa y equitativa a través de varios Consejos, como la Cepredey (Centro de Prevención Social del Delito), la Japey (Junta de Asistencia Privada de Yucatán), el consejo de participación ciudadana de la PGR (Procuraduría General de la República), Comunidades Seguras, etc”, agrega.

Francia en el mapa

En la búsqueda por hacer una maestría en Construcción en la Universidad de Stanford, California, aplicó para un programa de becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el gobierno francés, y fue aceptado para estudiar en el país galo. El plan era formarse por un año y decidió quedarse cuatro, hizo posgrados en construcción, en geografía y urbanismo y en desarrollo regional y urbano.  

“…Confieso que Francia estuvo desde muy temprano en mi vida. Muchos de los pensadores que dieron forma a los movimientos sociales latinoamericanos de liberación eran franceses, como Ignace Leep, como Enmanuel Mounnier, Albert Camus, Jacques Maritain, Roger Garaudy, etc…”, recuerda.

En Francia trabajó en el Ministerio de Urbanismo del gobierno francés, pero su corazón seguía en México, al igual que sus ideales por construir una sociedad mejor. Y regresa al país en una época en la que la Planeación Urbana era sólo una “palabra bonita, demagógica y dominguera”.

A su llegada trabajó como investigador en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, Unidad Mérida, así como académico en la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady). Fundó una constructora y todo compaginado con su familia y labor social.

Cónsul, puente entre culturas

Por su perfil humanista e historia con Francia, en el 2007 aceptó el cargo cuando se lo propuso el diplomático Philippe Faure. 

“Ser Cónsul Honorario es un gran honor y una gran responsabilidad. Siendo mexicano trabajas para otro país amigo. Francia ha estada ligada a México desde hace muchas décadas y considero que el país, que en el Concierto de las Naciones aportó los valores de “igualdad, libertad y fraternidad”, tiene mucho que aportar a nuestra sociedad, además de su cultura y su gastronomía, por ejemplo. Mi deseo es que haya cada vez más presencia de Francia en Yucatán y también más presencia de Yucatán en Francia…”, apuntó.

Actualmente, también es coordinador del cuerpo consular y entró al cargo, en sustitución de Johannes Rommel, entonces cónsul de Alemania, por decisión unánime del grupo compuesto por 14 cónsules. 

Plano social en la agenda de su vida

Mario Ancona está involucrado en diferentes dimensiones sociales a través de Consejos, como el de la Junta de Asistencia Privada del Estado de Yucatán, el Centro Estatal de Prevención Social del Delito, Comité de participación ciudadana de la PGR, Consejo consultivo de la Universidad Anáhuac Mayab, el de Participación Social de la Uady, y de empleabilidad del Tec Milenio, representante del cuerpo consular en los consejos estatales de protección civil, de Salud y de Seguridad Pública, porque “la lucha es por una sociedad más justa, incluyente, equitativa y fraterna”

“Trabajar en pro de algo que va más allá de ti siempre te hace mejor persona, saca lo mejor de ti. Gibrán Jalil decía que el otro es lo mejor de ti”.

La familia y la fe 

“La familia para mí es casi un valor absoluto. Es mucho más que el pilar de toda sociedad. Es la primera escuela de la vida. Trabajar por la familia no es sólo trabajar para tu esposa e hijos, es trabajar para el conjunto de la sociedad. No pienso que pueda haber una sociedad fuerte si no existe una familia fuerte, con valores y fraternidad. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”, explica. 

Trayectoria

  • Ingeniero Civil, con maestría en Construcción y pasante de doctorado.
  • Nació en Madrid, España, el 7 de febrero de 1956. 
  • Es padre, abuelo y colaborador de diferentes causas.
  • En febrero pasado recibió la insignia Caballero de la Orden Nacional del Mérito, otorgado por el gobierno del Francia.

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